Todos los niños del mundo crecen, menos uno: el tigrecito. Dirán ustedes, no es un niño... bueno, pues no, ciertamente no lo es, ya no lo es. El tigrecito cierto día de cierta estación, por esas cosas del tráfico ilegal de animales exóticos, se vio embarcado en un viaje a un nuevo mundo; en principio a ese mundo podríamos llamarle Neverland, pero en él no había lugar para Michael Jackson (no torturemos al tigrecito de más, por favor).
Érase entonces aquella tarde en que nuestro héroe amanecióse en puerto nuevo, cuando conoció a LA dichosa batata. Por aquellos días la batata estaba bien viva, era una joven y fuerte tubércula, envidia de papas y rabanitos - los cuales, por cierto, son unos zapallos -. La amistad entre ambos se desarrolló de inmediato; la verdad que pegaron onda. Los tiempos que corrían eran duros, y como toda relación entre Felidae Pantherinae Panthera y Convolvulaceae Ipomoeeae Ipomoea, la suya no iba a estar exenta de tentaciones poco resistibles. Fue entonces que, una noche de luna llena, conocieron a Peter Pan.
Peter Pan era por entonces conocido como un amante de los niños (no como Michael Jackson). De hecho, se vestía como uno, se comportaba como uno y a más de uno se lo emp... no!, no como Michael Jackson. Bueno, la cuestión es que el flaco este estaba siempre acompañado de un hada (para más información acerca de las hadas siga el siguiente enlace). Si el hada existía o no, no se, pudo haber sido que Peter se la pasara volado, o pudo haber sido que el hada se la pasara volada, pero la cosa es que se llamaba Campanita (o Tinker Bell, según la hora). ¿Qué hacían Peter y Campanita cuando estaban solos? No lo se, no es asunto nuestro. En fin, Peter les enseñaba a los chicos a volar con su amigo "Paco" y su amiga "Coca" y su amigo "Faso". Así fue como tigrecito y LA batata conocieron el maravilloso mundo conocido como Neverland (vaya uno a saber).
Los días siguieron pasando y, ya bien asentados en Neverland, tigrecito y LA batata comenzaron a tener algunos problemas con nuevos y oscuros personajes. Los duendes lasagneros habían llegado al barrio. La cosa se puso re negra, los verdes estos eran unos limados peores que Paula y Eli, la zarpaban re mal: aniquilaban la lasagna de la señora, le afanaban la jubilación a las viejitas, vendían brownies locos en la puerta de las escuelas... en pocas palabras, le estaban escupiendo el asado (a veces literalmente) a Peter Pan, que solía tener la vaca atada (pero no vamos a entrar en detalles acerca de esta vaca, solamente diremos que se llamaba Aberdeen Angus y usaba pollera a cuadros, sin nada abajo).
Peter, que después de tantos años (nadie sabe cuántos) no era ningún boludo, no podía dejar que eso pasara. El tema, negro, a ver si me entendés, es que los duendes eran una banda, y posta que la limaban mal... antes de ellos había códigos en el barrio: nunca dos meses seguidos a la misma viejita, nunca vender en las escuelas los domingos y la música durante la semana bajita, que papá y mamá laburan para que los nenes puedan ir al colegio (política de mercado inteligente). Bueno, eso, los duendes la limaban, pero Peter tenía un as bajo la manga (tampoco vamos a entrar en detalles respecto a la paliza que se comió aquella vez cuando lo agarraron carteándose). Peter tenía a sus amigos en Neverland que, muy apegados a él (iban a pegar día por medio), ya le estaban debiendo una buena moneda. Cuestión... descontrol!!! tigre y batata fueron a buscar a la tortuga que días atrás habían conocido en el puerto y los tres a lo Superman se mandaron a encarar a los duendes, y tiros, lío y ¡cocha golda, lompo todo!, alto bardo, pedazos de enanos desparramados por ahí, una masacre... y los duendes se fueron. Sin embargo, no fue un final tan feliz. A la tortuga se le rompió el caparazón y, al día siguiente de la carnicería (y verdulería), sin hacer mucho ritual y tras tantos buenos momentos juntos, el tigrecito enterró LA batata... tras tantos buenos momentos juntos. Fue el principio de una época realmente oscura para nuestro preciado amigo.
En los días posteriores a este nefasto acontecimiento el tigrecito incursionó en las drogas duras... no, perdón, el tigrecito se embarcó en un inusual crucero por los rincones más recónditos de Neverland, mientras que Peter recuperaba su... forma de vida. En su viaje por Neverland, nuestro tigre amigo tuvo muchísimas revelaciones. Entre ellas (es decir, en un rato de sobriedad), notó que ni puta idea tenía de cuánto tiempo llevaba en esas tierras pero que nunca había crecido; fue un re flash, pero como todo flash, no duró y el tipo volvió a colgar. Decía de las revelaciones; el tigre tuvo una bocha, pero en algún punto se le terminaron. Casualmente fue en ese momento que empezaron los temblores y un montón de síntomas desagradables de los que no vamos a hablar hoy. Toda esta situación llevó a nuestro héroe a decir basta, y se propuso esperar... a Godot.
Pareciole adecuado al personaje de carácter elevado de nuestra epopeya llevar a cabo este menester en aquel fondo de aguantadero donde tiempo atrás fuera enterrada por sus propias garras LA magnánima batata, y en tal empresa estaba cuando por la noche de cuarto creciente percibió un aroma particular en el aire, un aroma particularmente particular, que casi lo hace vomitar; ¡era LA batata! LA batata zombie habíase levantado de su postrero lecho. No puede este soberbio narrador describir con palabras la mezcla de alegría y repugnancia que sentía nuestro idolatrado. Batata y tigre nuevamente reunidos decidieron esperar juntos a Godot y... por supuesto, se aburrieron.
Para fortuna de ellos, pasaban por la puerta del aguantadero en aquel momento la tortuga ya recuperada junto con Tinker Bell (era de noche) y al sentir el repugnante perfume decidieron entrar (en ningún momento se les había cruzado por la cabeza usar el sacro lugar de eterno descanso de nuestra amiga LA batata con fines recreativos). ¡Gracias al cielo! exclamaron los compañeros, ¡traen una cuerda! (no hace falta aclarar que la cuerda en manos de los paseantes era solamente para hacer ejercicio).
Luego de ponerse al día, todos sorprendidos y felices decidieron que era el momento adecuado para probar la cuerda, en orden de peso decreciente... bueno, lo del orden fue un poco más complicado de acordar, pero pongámosle que se decidieron a eso. ¡Pero qué mierda! ninguno llegaba a las ramas del árbol para atar la cuerda, salvo Tinker Bell que se ortivó. Por supuesto esto no fue problema para nuestros siempre ingeniosos hidalgos, que resolvieron llamar a Peter Pan para que los ayudara a volar.
Llegado Peter al lugar de los hechos, tuvo una idea aún más genial (por supuesto, era un tipo brillante, como otro que yo conozco). Bueno, la idea no fue inmediata, pero luego de hacer lo que sabía hacer, tuvo la genial idea: ¡construir una escalera al cielo! (los detalles de cómo eso ayudaría a colgar la cuerda en el árbol nunca fueron registrados correctamente en los anales de la historia). Luego de varios intentos fallidos de construir esta escalera con otras batatas de menor importancia, resolvieron llamar a Led Zeppelin y organizar una fiesta privada, ocasión que serviría también para mejorar las relaciones comerciales con los duendes lasagneros, que en ese tiempo habían sentado cabeza en un barrio cercano. Los muchachos de Led Zeppelin accedieron encantados a prestar su ayuda con la única condición que LA batata se pusiera Kenzo, condición que todos aceptaron con efusiva alegría. Fue así como Peter Pan, luego de ver el video de 3 minutos y 17 segundos de duración del Cocinero Fiel (clic aquí), preparó unos exquisitos brownies, dignos de él (sin usar mezcla Exquisita).
La fiesta contó con todos los invitados de lujo (a saber: tortuga, tigre, LA batata, sapitos sincronizados, Aberdeen Angus, duendes lasagneros, Tinker Bell/Campanita, Peter Pan, Led Zeppelin, Eliana con su pato, Paula, etc.), salvo Godot, a quien aún hoy siguen esperando. Michael Jackson no fue invitado. Cuenta la historia hablada que durante la fiesta Jimmy Page preparó una inolvidable paella valenciana (usted también puede hacerlo siguiendo esta sencilla receta) mientras Eliana anunciaba su futura paternidad, feliz noticia que alegró a todos, en especial a Peter Pan, que sintió el crecimiento de su mercado... digo, el crecimiento marcado de la alegría en aquel evento que con tanto esfuerzo organizó. Y así es como la escalera al cielo fue construída y, tal vez, la cuerda fue puesta a prueba en aquel fondo de aguantadero en Neverland.
Érase entonces aquella tarde en que nuestro héroe amanecióse en puerto nuevo, cuando conoció a LA dichosa batata. Por aquellos días la batata estaba bien viva, era una joven y fuerte tubércula, envidia de papas y rabanitos - los cuales, por cierto, son unos zapallos -. La amistad entre ambos se desarrolló de inmediato; la verdad que pegaron onda. Los tiempos que corrían eran duros, y como toda relación entre Felidae Pantherinae Panthera y Convolvulaceae Ipomoeeae Ipomoea, la suya no iba a estar exenta de tentaciones poco resistibles. Fue entonces que, una noche de luna llena, conocieron a Peter Pan.
Peter Pan era por entonces conocido como un amante de los niños (no como Michael Jackson). De hecho, se vestía como uno, se comportaba como uno y a más de uno se lo emp... no!, no como Michael Jackson. Bueno, la cuestión es que el flaco este estaba siempre acompañado de un hada (para más información acerca de las hadas siga el siguiente enlace). Si el hada existía o no, no se, pudo haber sido que Peter se la pasara volado, o pudo haber sido que el hada se la pasara volada, pero la cosa es que se llamaba Campanita (o Tinker Bell, según la hora). ¿Qué hacían Peter y Campanita cuando estaban solos? No lo se, no es asunto nuestro. En fin, Peter les enseñaba a los chicos a volar con su amigo "Paco" y su amiga "Coca" y su amigo "Faso". Así fue como tigrecito y LA batata conocieron el maravilloso mundo conocido como Neverland (vaya uno a saber).
Los días siguieron pasando y, ya bien asentados en Neverland, tigrecito y LA batata comenzaron a tener algunos problemas con nuevos y oscuros personajes. Los duendes lasagneros habían llegado al barrio. La cosa se puso re negra, los verdes estos eran unos limados peores que Paula y Eli, la zarpaban re mal: aniquilaban la lasagna de la señora, le afanaban la jubilación a las viejitas, vendían brownies locos en la puerta de las escuelas... en pocas palabras, le estaban escupiendo el asado (a veces literalmente) a Peter Pan, que solía tener la vaca atada (pero no vamos a entrar en detalles acerca de esta vaca, solamente diremos que se llamaba Aberdeen Angus y usaba pollera a cuadros, sin nada abajo).
Peter, que después de tantos años (nadie sabe cuántos) no era ningún boludo, no podía dejar que eso pasara. El tema, negro, a ver si me entendés, es que los duendes eran una banda, y posta que la limaban mal... antes de ellos había códigos en el barrio: nunca dos meses seguidos a la misma viejita, nunca vender en las escuelas los domingos y la música durante la semana bajita, que papá y mamá laburan para que los nenes puedan ir al colegio (política de mercado inteligente). Bueno, eso, los duendes la limaban, pero Peter tenía un as bajo la manga (tampoco vamos a entrar en detalles respecto a la paliza que se comió aquella vez cuando lo agarraron carteándose). Peter tenía a sus amigos en Neverland que, muy apegados a él (iban a pegar día por medio), ya le estaban debiendo una buena moneda. Cuestión... descontrol!!! tigre y batata fueron a buscar a la tortuga que días atrás habían conocido en el puerto y los tres a lo Superman se mandaron a encarar a los duendes, y tiros, lío y ¡cocha golda, lompo todo!, alto bardo, pedazos de enanos desparramados por ahí, una masacre... y los duendes se fueron. Sin embargo, no fue un final tan feliz. A la tortuga se le rompió el caparazón y, al día siguiente de la carnicería (y verdulería), sin hacer mucho ritual y tras tantos buenos momentos juntos, el tigrecito enterró LA batata... tras tantos buenos momentos juntos. Fue el principio de una época realmente oscura para nuestro preciado amigo.
En los días posteriores a este nefasto acontecimiento el tigrecito incursionó en las drogas duras... no, perdón, el tigrecito se embarcó en un inusual crucero por los rincones más recónditos de Neverland, mientras que Peter recuperaba su... forma de vida. En su viaje por Neverland, nuestro tigre amigo tuvo muchísimas revelaciones. Entre ellas (es decir, en un rato de sobriedad), notó que ni puta idea tenía de cuánto tiempo llevaba en esas tierras pero que nunca había crecido; fue un re flash, pero como todo flash, no duró y el tipo volvió a colgar. Decía de las revelaciones; el tigre tuvo una bocha, pero en algún punto se le terminaron. Casualmente fue en ese momento que empezaron los temblores y un montón de síntomas desagradables de los que no vamos a hablar hoy. Toda esta situación llevó a nuestro héroe a decir basta, y se propuso esperar... a Godot.
Pareciole adecuado al personaje de carácter elevado de nuestra epopeya llevar a cabo este menester en aquel fondo de aguantadero donde tiempo atrás fuera enterrada por sus propias garras LA magnánima batata, y en tal empresa estaba cuando por la noche de cuarto creciente percibió un aroma particular en el aire, un aroma particularmente particular, que casi lo hace vomitar; ¡era LA batata! LA batata zombie habíase levantado de su postrero lecho. No puede este soberbio narrador describir con palabras la mezcla de alegría y repugnancia que sentía nuestro idolatrado. Batata y tigre nuevamente reunidos decidieron esperar juntos a Godot y... por supuesto, se aburrieron.
Para fortuna de ellos, pasaban por la puerta del aguantadero en aquel momento la tortuga ya recuperada junto con Tinker Bell (era de noche) y al sentir el repugnante perfume decidieron entrar (en ningún momento se les había cruzado por la cabeza usar el sacro lugar de eterno descanso de nuestra amiga LA batata con fines recreativos). ¡Gracias al cielo! exclamaron los compañeros, ¡traen una cuerda! (no hace falta aclarar que la cuerda en manos de los paseantes era solamente para hacer ejercicio).
Luego de ponerse al día, todos sorprendidos y felices decidieron que era el momento adecuado para probar la cuerda, en orden de peso decreciente... bueno, lo del orden fue un poco más complicado de acordar, pero pongámosle que se decidieron a eso. ¡Pero qué mierda! ninguno llegaba a las ramas del árbol para atar la cuerda, salvo Tinker Bell que se ortivó. Por supuesto esto no fue problema para nuestros siempre ingeniosos hidalgos, que resolvieron llamar a Peter Pan para que los ayudara a volar.
Llegado Peter al lugar de los hechos, tuvo una idea aún más genial (por supuesto, era un tipo brillante, como otro que yo conozco). Bueno, la idea no fue inmediata, pero luego de hacer lo que sabía hacer, tuvo la genial idea: ¡construir una escalera al cielo! (los detalles de cómo eso ayudaría a colgar la cuerda en el árbol nunca fueron registrados correctamente en los anales de la historia). Luego de varios intentos fallidos de construir esta escalera con otras batatas de menor importancia, resolvieron llamar a Led Zeppelin y organizar una fiesta privada, ocasión que serviría también para mejorar las relaciones comerciales con los duendes lasagneros, que en ese tiempo habían sentado cabeza en un barrio cercano. Los muchachos de Led Zeppelin accedieron encantados a prestar su ayuda con la única condición que LA batata se pusiera Kenzo, condición que todos aceptaron con efusiva alegría. Fue así como Peter Pan, luego de ver el video de 3 minutos y 17 segundos de duración del Cocinero Fiel (clic aquí), preparó unos exquisitos brownies, dignos de él (sin usar mezcla Exquisita).
La fiesta contó con todos los invitados de lujo (a saber: tortuga, tigre, LA batata, sapitos sincronizados, Aberdeen Angus, duendes lasagneros, Tinker Bell/Campanita, Peter Pan, Led Zeppelin, Eliana con su pato, Paula, etc.), salvo Godot, a quien aún hoy siguen esperando. Michael Jackson no fue invitado. Cuenta la historia hablada que durante la fiesta Jimmy Page preparó una inolvidable paella valenciana (usted también puede hacerlo siguiendo esta sencilla receta) mientras Eliana anunciaba su futura paternidad, feliz noticia que alegró a todos, en especial a Peter Pan, que sintió el crecimiento de su mercado... digo, el crecimiento marcado de la alegría en aquel evento que con tanto esfuerzo organizó. Y así es como la escalera al cielo fue construída y, tal vez, la cuerda fue puesta a prueba en aquel fondo de aguantadero en Neverland.
FIN
5 comentarios de mis fieles adeptos:
LIMADOOOOOOOOOOOOOOO
ESPECTACULAR!...
:D... LIMALA BATATA LIMALA..
ya sé a quién voy a votar en las próximas elecciones... a LA batata..
Un post digno de.... UN POST DIGNO! (punto)...
ahí va: jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajaja
y le digo más a-ja-já-ja
FIESTA!!!!!..
(todo mal con la paella eh!)
Paella say presente!
y me parece.. ya que es gracias a esa paella valenciana que debemos esta limada
:D
jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja!!!!
QUE OCURRENTE DOCTOR!!!
GROSOOOO!!!
me mori de risa!!!
Eliana no anuncio su paternidad.. sino que sería papa! la ptm... explicarlo no tiene sentido! jajaja
todo prestaaaaa!! jajaja
que trio señores! que trio!!
EEh! (gesto de alegría en la muchedumbre)
Fin
Que se mejoren
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