lunes, 30 de marzo de 2009

Sueño de una mañana de otoño

La otra noche, en realidad la otra mañana, tuve un sueño. No soy de esas personas que sueñan y se acuerdan lo que soñaron y después andan hablando de sus sueños y todo eso, pero la verdad que esta vez me dejó sorprendido. Me hizo sentir humano, no el sueño en sí, sino la sensación que tuve esos segundos después que me desperté y hasta que razoné que no era algo real, que la única explicación lógica era que fuera un sueño. Fue esa sensación de angustia que no había sentido nunca de esa manera. Un sueño horrible realmente, pero revelador.

Es impresionante la complejidad de la mente. ¿Cómo puede explicarse algo así? Es increíble que aún mientras dormimos (que dicho sea de paso, es increíble el mismo hecho de dormir) nuestra mente siga funcionando de semejante manera y pueda crear imágenes tan reales que llegan a confrundirla a ella misma. La mente las crea y se las cree, que locura. Los sueños... nuestro salvapantalla tenebroso, el único método para engañarnos a nosotros mismos. La mente es un bicho con vida propia, un bicho bastante perturbado para ser honestos. Sigan felices, si ella los deja.

martes, 24 de marzo de 2009

Un poco de crítica...

Eran otros tiempos, los de la bohemia en París y Jimi Hendrix en Woodstock. Había principios, además de mugre y drogas. Hoy eso no se ve (la mugre y las drogas sí, obvio). Había gente que pensaba y se expresaba. Hoy, son contados los que hacen esas dos cosas; generalmente, o piensan o se expresan, o ninguna de las dos. ¿Por qué?

Algunos dirán que manifestar determinados ideales llevaba consigo la condena de la persecución, la agresión, la segregación, la privación de libertades y demás consecuencias poco deseables. También podría decirse que el no manifestar estos ideales implica la aceptación de tales consecuencias sin siquiera sufrirlas, algo así como dimitir antes de comenzar a pelear. O puede ser que hoy por hoy los hilos en las espaldas de aquellos que se manifiestan en post de algún principio, y escupo al llamarlo así, desalienten completamente a aquellos capaces de pensar por sí mismos o sentir realmente que algo en este mundo no es como debería ser. Y digo como debería ser sin dar explicaciones a semejante subjetividad porque creo que para la filosofía no vale la objetividad, no vale la verdad absoluta, sino que vale la discución y el desacuerdo, y la expresión sana la nutre y reproduce, le da razón de ser... pero hoy eso casi no se ve. Siempre hubo quien se vendiera, pero hoy ya da asco. Y da más asco que sea algo tan común.

¿A qué viene todo esto? A nada en particular realmente, pero creo que estas cosas medio políticas pueden extrapolarse a montones de situaciones totalmente alejadas del tema en cuestión. Puede llevarse esto que digo a la personalidad de la gente, a la relatividad del tiempo en que vivimos, a las relaciones interpersonales y a lo que se les ocurra. Hoy por hoy, la gente se vende, más que nunca. Hoy por hoy, las idioteces son moneda común. Llámenle como quieran, pero así lo veo yo, desde mi posición alejada del mundo, sumisa a todas estas porquerías de las que hablo. Sí, yo soy uno más de esos que critico, yo soy uno más de esos que callan, pero no por eso voy a dejar de hablar a las tres personas que leen esta bazofia.

Algunas actitudes de algunas personas realmente me molestan, pero no porque me sienta ofendido por las actitudes en sí, sino porque no entiendo como es posible que tengan esas actitudes, que aceptan ciertas cosas de esa manera y más aún, ¡que lo hagan con una sonrisa en la cara! Por favor gente, un poco de respeto por sí mismos, no cuesta tanto. No se si soy el más apropiado para decir estas cosas, pero seguro que tengo el derecho de hacerlo y ya que tengo el tiempo y el espacio para hacerlo también, no me parece mal. Como sea, sigan felices!

lunes, 16 de marzo de 2009

Por un ratito de diversión

Por la vida sana, con un pie adentro y uno afuera. Va al borde de la locura, como siempre, sin saber dónde va, sin saber dónde está. ¿Quién necesita saber esas cosas? Alcanza con saber por dónde ir, dice él. Y va, en sus comienzos fallidos y finales abiertos, corre de a poco, y más vale que corra, que se está persiguiendo. Al fin y en fin, en semana y de semana, entre amuletos y amores, no queda tanto, no es tanto, y no pasa nada. Silencio! Y otra vez...

¡No a la locura! Eso es para los locos. Feliz día internacional del consumidor (atrasado, también el consumidor)... ¿en qué mundo vivimos? Pregunta estúpida, respuesta obvia. Cerveza de por medio y a rodar de nuevo, que esto recién empieza, otra vez.

Agotado va por un nuevo camino, con menos faroles y más abismos para saltar... para saltarlos o saltar en ellos piensa. ¿Para saltarlos o saltar en ellos? Pregunta no tan estúpida, respuesta menos obvia. De eso va la diversión, ¿no? ¡A correr que el humo se disipa! ¡A correr y que te diviertas! No corro solo... ¿no corro solo o no soy el único que corre? Pregunta mucho menos estúpida, respuesta nada obvia. Y a no enloquecer, que eso es para los locos, dicen los expertos como uno. Marge ha dicho Homero! Sigan felices.