Eran otros tiempos, los de la bohemia en París y Jimi Hendrix en Woodstock. Había principios, además de mugre y drogas. Hoy eso no se ve (la mugre y las drogas sí, obvio). Había gente que pensaba y se expresaba. Hoy, son contados los que hacen esas dos cosas; generalmente, o piensan o se expresan, o ninguna de las dos. ¿Por qué?
Algunos dirán que manifestar determinados ideales llevaba consigo la condena de la persecución, la agresión, la segregación, la privación de libertades y demás consecuencias poco deseables. También podría decirse que el no manifestar estos ideales implica la aceptación de tales consecuencias sin siquiera sufrirlas, algo así como dimitir antes de comenzar a pelear. O puede ser que hoy por hoy los hilos en las espaldas de aquellos que se manifiestan en post de algún principio, y escupo al llamarlo así, desalienten completamente a aquellos capaces de pensar por sí mismos o sentir realmente que algo en este mundo no es como debería ser. Y digo como debería ser sin dar explicaciones a semejante subjetividad porque creo que para la filosofía no vale la objetividad, no vale la verdad absoluta, sino que vale la discución y el desacuerdo, y la expresión sana la nutre y reproduce, le da razón de ser... pero hoy eso casi no se ve. Siempre hubo quien se vendiera, pero hoy ya da asco. Y da más asco que sea algo tan común.
¿A qué viene todo esto? A nada en particular realmente, pero creo que estas cosas medio políticas pueden extrapolarse a montones de situaciones totalmente alejadas del tema en cuestión. Puede llevarse esto que digo a la personalidad de la gente, a la relatividad del tiempo en que vivimos, a las relaciones interpersonales y a lo que se les ocurra. Hoy por hoy, la gente se vende, más que nunca. Hoy por hoy, las idioteces son moneda común. Llámenle como quieran, pero así lo veo yo, desde mi posición alejada del mundo, sumisa a todas estas porquerías de las que hablo. Sí, yo soy uno más de esos que critico, yo soy uno más de esos que callan, pero no por eso voy a dejar de hablar a las tres personas que leen esta bazofia.
Algunas actitudes de algunas personas realmente me molestan, pero no porque me sienta ofendido por las actitudes en sí, sino porque no entiendo como es posible que tengan esas actitudes, que aceptan ciertas cosas de esa manera y más aún, ¡que lo hagan con una sonrisa en la cara! Por favor gente, un poco de respeto por sí mismos, no cuesta tanto. No se si soy el más apropiado para decir estas cosas, pero seguro que tengo el derecho de hacerlo y ya que tengo el tiempo y el espacio para hacerlo también, no me parece mal. Como sea, sigan felices!
Algunos dirán que manifestar determinados ideales llevaba consigo la condena de la persecución, la agresión, la segregación, la privación de libertades y demás consecuencias poco deseables. También podría decirse que el no manifestar estos ideales implica la aceptación de tales consecuencias sin siquiera sufrirlas, algo así como dimitir antes de comenzar a pelear. O puede ser que hoy por hoy los hilos en las espaldas de aquellos que se manifiestan en post de algún principio, y escupo al llamarlo así, desalienten completamente a aquellos capaces de pensar por sí mismos o sentir realmente que algo en este mundo no es como debería ser. Y digo como debería ser sin dar explicaciones a semejante subjetividad porque creo que para la filosofía no vale la objetividad, no vale la verdad absoluta, sino que vale la discución y el desacuerdo, y la expresión sana la nutre y reproduce, le da razón de ser... pero hoy eso casi no se ve. Siempre hubo quien se vendiera, pero hoy ya da asco. Y da más asco que sea algo tan común.
¿A qué viene todo esto? A nada en particular realmente, pero creo que estas cosas medio políticas pueden extrapolarse a montones de situaciones totalmente alejadas del tema en cuestión. Puede llevarse esto que digo a la personalidad de la gente, a la relatividad del tiempo en que vivimos, a las relaciones interpersonales y a lo que se les ocurra. Hoy por hoy, la gente se vende, más que nunca. Hoy por hoy, las idioteces son moneda común. Llámenle como quieran, pero así lo veo yo, desde mi posición alejada del mundo, sumisa a todas estas porquerías de las que hablo. Sí, yo soy uno más de esos que critico, yo soy uno más de esos que callan, pero no por eso voy a dejar de hablar a las tres personas que leen esta bazofia.
Algunas actitudes de algunas personas realmente me molestan, pero no porque me sienta ofendido por las actitudes en sí, sino porque no entiendo como es posible que tengan esas actitudes, que aceptan ciertas cosas de esa manera y más aún, ¡que lo hagan con una sonrisa en la cara! Por favor gente, un poco de respeto por sí mismos, no cuesta tanto. No se si soy el más apropiado para decir estas cosas, pero seguro que tengo el derecho de hacerlo y ya que tengo el tiempo y el espacio para hacerlo también, no me parece mal. Como sea, sigan felices!
1 comentarios de mis fieles adeptos:
Te quiero edu.
Yo creo que las idioteces siempre han sido moneda común. Y que la gente se vende, se regala, se alquila, desde siempre. Ya no hay esclavos en la feria, una lástima. Hay formas más sutiles ahora, ponele. O no, no le pongas.
Igual, qué lindo estar andando en mi cabeza dando vueltas temas parecidos y encontrar que no he sido el único.
Y sí, tenés derecho.
Mañana seguro te veo, llevo mate. Besos,
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