sábado, 31 de mayo de 2008

31 de Mayo

Buen día gente, se cumple otro año sin Timothy Leary... van 12.

lunes, 26 de mayo de 2008

Tiempo de volver atrás

¿Cuándo pasó esto? Una y otra vez me hago esa pregunta. El tiempo pasa, a veces más rápido de lo que creemos. No nos damos cuenta del tiempo que pasó, de las cosas que vivimos, de todo lo que cambió a nuestro alrededor hasta ese día, ese día más entre tantos, en el que por algún capricho de la vida volvemos a encontrarnos en ese mismo lugar que antes fuera tan común, tan parte nuestra que ni lo notábamos, y nos sentimos extraños. Y no es extraños una palabra más, esta vez es una fuerte sensación que nos empuja a ver de frente la realidad que, tal vez sin darnos cuenta, nos creamos.

Una serie de sucesos poco afortunados, excepcionalmente sincronizados, me llevaron aquel día a enfrentarme con algunos aspectos de mi vida que había pasado por alto. Es que en medio de la vorágine uno no presta la atención que debería a lo que hace. Uno no se para a pensar lo que está en juego, lo que siente la gente alrededor, lo que se ve desde afuera... lo único que ves es el camino, y corrés esperando llegar a ese punto a partir del cual el horizonte se convierta en el destino. Y cómo son las vueltas que ese día me tocó volver, a las apuradas como siempre. Aún más tenía que pasar, que sin importar cuál fuera mi apuro me obligó a frenar, dándome el tiempo necesario para pensar, tiempo que no pedí, tiempo que no quería. Pensar puede ser peligroso, sin duda la historia vio morir a muchos por pensar, pero en este caso el riesgo era otro, y en ese instante lo vi, me vi, años atras en ese mismo lugar. Todo era tan distinto.

Que forma extraña de vivir es la común, nos llevamos el mundo por delante sin siquiera mirar qué había en él, y un día como cualquier otro la naturaleza nos obliga a voltearnos y no nos permite evitar ver, finalmente, todo eso que pasamos sin parar. Esa situación obliga a pensar en lo que hicimos, lo que hacemos y lo que vamos a hacer. Y si bien es cierto que lo más probable es que vuelva a pasar, deberíamos aprender que no se puede escapar por siempre, algún día hay que enfrentarlo. Cuando menos lo esperamos (si es que alguna vez lo esperamos), llega de la nada y nos sacude la cabeza. Con tanta molestia, al menos podemos aprender algo de nosotros mismos. Sigan felices!

domingo, 11 de mayo de 2008

Tan cerca y a la vez tan lejos

Seguramente a todos nos pasó alguna vez estar a un paso de algo y sentir como si nos faltara una eternidad para alcanzarlo. Personalmente creo que es una sensación que se tiene siempre, e incluso a veces se trata más que de una sensación de un hecho, de una realidad pura... a mi en este momento me pasa. Y vamos, sean sinceros con ustedes mismos, también les pasa. ¿Se trata entonces de un mal que nos afecta a todos constantemente con situaciones de lo más diversas?¿Es nuestra imaginación creando la ilusión de una realidad que no es cierta? Son preguntas que no es raro que surjan.

Podríamos analizarlo desde distintos puntos de vista, pero al igual que todo la cuestión se reduce a los extremos. La respuesta es sí o no. Por el sí estamos los fatalistas que vemos a nuestro alrededor un mundo de posibilidades que nos fascina en muchísimas formas, se trate de estudios, trabajos, conocimiento o -diría que principalmente- personas. Y al ver este mundo tan inmenso que nos rodea, nos invade un pensamiento en la trágica forma de pregunta: ¿cómo hago para conseguirlo? Y no encontramos respuesta, así que esperamos.

Cuando los pensamientos vienen en forma de preguntas tenemos un problema, porque el hecho de preguntarse algo implica necesariamente que no conocemos la respuesta. Es cierto que preguntarnos cosas y respondérnoslas es algo muy común, pero en realidad no se trata de preguntas, sino que es más bien que optamos por plantear una cuestión que en realidad conocemos como respuesta a una pregunta que formulamos con el único fin de plantear esa cuestión. De modo que, retomando el tema, un pensamiento en forma de pregunta significa un problema, ya que al no conocer la respuesta y no tener interlocutor estamos metiéndonos en un camino sin salida.

Por otro lado seguramente estarán aquellos que digan que en realidad es todo creación de nuestra propia imaginación. Y no es un argumento tan extraño. Aquellos que digan esto plantearán que somos nosotros mismos quienes, alimentando nuestra esperanza en una situación que nos angustia, nos creamos la idea de que ese objeto de fascinación está a nuestro alcance, pero no sabemos cómo llegar a él, de modo que de alguna forma nos conformamos de momento con saber que lo tenemos cerca, aunque no lo podemos conseguir porque no sabemos cómo hacerlo, pero tal vez algún día encontremos la manera. Entonces, dirán ellos, se trata en verdad de algo que nunca estuvo a nuestro alcance, que jamás lo tuvimos cerca y que no es posible que lo tengamos ya que no somos capaces de conseguirlo, la respuesta mágina que no conocemos no va a aparecer de la nada en nuestra mente. Y allá vemos como se alejan nuestras esperanzas partidas en mil pedacitos.

Queda entonces este asunto en dos puntos de vista que se ven atractivos, el primero sin fundamento pero esperanzador, y el segundo bastante lógico pero demoledor. Sabrán ustedes con cuál prefieren vivir. Mientras tanto, sigan felices, que en una de esas...

sábado, 10 de mayo de 2008

Esto es culto!!!

domingo, 4 de mayo de 2008

Dulce espera

Es un arte. ¿Nunca se pusieron a pensar la cantidad de tiempo que pasamos esperando? La verdad es que yo hasta ahora no me había fijado, pero me pareció un tema estúpidamente interesante para escribir algo. Así que, en resumen, de la espera y sus cualidades va este post.

Es verdad que siempre fui de llegar temprano a todos lados, de modo que la espera es algo que tengo incorporado como etapa previa para hacer cualquier cosa, pero últimamente me tocó tener que esperar en varias oportunidades, ya sea a que llegue alguien, a rendir un parcial, a que me de ganas de hacer algo, a que pase el dolor, a que sean las 16:30, a que sean las 15:00 o a nada en particular, entre otras muchas cosas. Entonces digo, ¿qué hace uno cuándo espera?¿Pierde el tiempo? Bueno, el asunto de perder el tiempo es algo bastante subjetivo, para algunos determinadas cosas es perder el tiempo mientras que para otros son actividades habituales y hasta necesarias. Para mí dormir es perder el tiempo, comer es perder el tiempo... y sin embargo me pongo a escribir sobre la espera.

No soy una persona con muy buena memoria. En realidad, tengo una memoria muy buena para algunas cosas, principalmente cumpleaños... 11 de enero, 19 de enero, 23 de febrero, 24 de febrero, 6 de marzo, 18 de junio, 7 de julio, 27 de septiembre, 15 de noviembre y muchísimos más que se me vienen a la mente y no tiene sentido escribir. Pero bueno, decía de la memoria... en general, no me acuerdo nada de mi vida, de las cosas que hice hace algunos años, meses, días. Pero hay algo que sí me acuerdo, y es de ayer. Ayer, como otras tantas veces, tuve que esperar, en este caso, como otras tantas veces, a que llegaran ustedes mis fieles lectores y no tanto. ¿Qué hice en esas horas que tenía al pedo y podría haber aprovechado para hacer el informe que tengo que entregar el martes? Bueno, una vez que ya me había bañado, cambiado, boludeado y demás, me di cuenta que no tenía "nada" para hacer, de modo que me puse a esperar. Ayer esperar significó barrer un poco, acomodar botellas, poner sillas en el comedor, sacar los vasos, ventilar la casa para eliminar la atmósfera viciada (lo cual es algo nuevo) y, especialmente, acomodar todo en torno a la mesa de la forma más simétrica posible. Debo haber pasado una hora fácilmente acomodando ocho sillas, diez vasos, dos ceniceros (que obviamente no iba a usar) y un servilletero en la mesa del comedor de modo de buscar la mayor simetría que fuera posible. Sí, ocho sillas y diez vasos... si les parece extraño eso intenten acomodar de manera simétrica diez sillas (seis de un estilo y cuatro de otro) alrededor de una mesa con capacidad para ocho personas. Bueno, cuestión que tiré una hora de mi vida acomodando cosas simétricamente en torno a una mesa, sabiendo que esa simetría iba a durar hasta que la primera persona llegara y se sentara. Igualmente no fue una total pérdida de tiempo, ya que mientras tanto seguía ventilando la casa, y una vez hecho eso acondicionando la temperatura... todo tiene su tiempo.

Así que bueno, este post creo que cae en la categoría cuelgues, y si bien sólo numeré el primero, debe ser, fácil, el décimo. Una locura esto de la espera... tanto ritual para matar el tiempo y después nos quejamos porque lo perdemos. Háganme acordar que para la próxima consiga una cuerda (cuelgue de Esperando a Godot, qué coincidencia). Bueno, no les hago perder más el tiempo, sigan felices en sus respectivas esperas que ya va a llegar la hora!

jueves, 1 de mayo de 2008

EL ÚLTIMO GRAN QUÍMICO

Miércoles 30 de Abril de 2008
La Nación - Información General

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SU ÚLTIMO VIAJE

A los 102 años murió el descubridor del LSD, Albert Hofmann

Inventó la droga alucinógena.
ANIVERSARIO. Albert Hofmann en una conferencia sobre el LSD en 2006, con motivo de su 100 cumpleaños. REUTERS



GINEBRA, Suiza.- El químico suizo Albert Hofmann, quien por accidente descubrió la droga alucinógena Dietilamida de Ácido Lisérgico (LSD), murió anoche a los 102 años de edad, informó hoy la alcaldía del pueblo de Burg, ubicado al noroeste de Suiza.

Hofmann -nacido en 1906 en Baden- entró en la historia el 16 de abril de 1943 al experimentar él mismo y por casualidad el LSD. Estudiante de química, estaba probando con los alcaloides del tizón (un hongo pequeño) para crear un estimulante circulatorio y respiratorio.


Sin darse cuenta, dejó caer una gota en su mano. Empezó entonces a tener sensaciones extrañísimas: angustia, vértigo y visiones sobrenaturales. De hecho, ese día experimentó su primer "viaje", al volver a tener sensaciones de su infancia y a sentirse capaz de volar.

La sustancia terminó siendo útil en psiquiatría y en neurología. Pero los abusos le dieron mala reputación al LSD, sobre todo en Estados Unidos, donde en los años 60 se convirtió en la droga número uno del movimiento hippie.

Al festejar su centenario, hace dos años, Hofmann había intentado rehabilitar su invención, explicando a la prensa que el LSD ayuda a calmar el sufrimiento, sobre todo en los enfermos terminales.

Actualmente, el compuesto es considerado uno de los alucinógenos conocidos más poderosos. Incluso, en dosis de un millonésimo de gramo tiene efectos que duran entre ocho y 12 horas.

Expertos estadounidenses y europeos de primera línea se pronunciaron en los últimos años a favor de una flexibilización de la prohibición que pesa sobre el LSD.

En su larga vida, la curiosidad científica de Hofmann no se limitó al estudio de sustancias sintéticas, pues investigó también toda una serie de plantas originarias de Sudamérica y México causantes de efectos similares al LSD. (AFP-NA-DPA-Especial).


Dr. Albert Hofmann