domingo, 30 de noviembre de 2008

Pensar que podemos pensar...

Y como lo prometido en general no lo cumplo, voy a hacer una excepción. Dejé como adelanto una linda imagen con un slogan de esos que pegan de verdad... un golazo para la gente esa. En ese momento era algo nuevo, bastante desconocido. Y la naturaleza humana dice siempre que hay que temerle a lo desconocido; bueno, no es el caso. Entonces, ¿qué papel juega la naturaleza en nuestra vida?

De los pensamientos y los actos

La evolución del pensamiento llevó al hombre a ser lo que es hoy. Y lo llevó a ser lo que es hoy, y nada mejor, por las limitaciones que esta forma de pensar le hace imponerse a sí mismo. La naturaleza humana es temerle a lo desconocido... Sin embargo, el adelanto del post anterior deja bien en claro que hubo gente capaz de someter a sus propios hijos, bebés, a semejante barbaridad. ¿Por qué, por qué el hombre dejó a un lado lo que su propia naturaleza le decía para someterse a un slogan publicitario? Bueno, la evolución del pensamiento no abarcó un solo aspecto de la vida. Así como se desarrollaron las artes, avanzó la ciencia, se mejoró el entendimiento de la naturaleza, también se mejoró el entendimiento de la idiotez del ser humano. Y por supuesto, más de uno percibió lo lucrativa que podía resultar semejante estupidez. Y la industria evolucionó, y en torno a ella se desarrolló una filosofía del consumismo brutal, capaz de hacer que el ser humano olvide de qué está hecho, olvide sus principios, deje a un lado sus instintos naturales y someta a su lindo bebito al "sano y suave calor" (¿?) de las partículas α bombardeando sus tejidos... por dar un ejemplo. Más ejemplos: en estos días una estampida de clientes ansiosos atropelló y mató a un empleado de Wal-Mart®... ¿lindo no? Menos drástico: ¿se fijaron la cantidad de cartuchos de tinta distintos que hay para impresoras de la misma marca?, y la mayoría con el mismo precio. No hay más que decir.

Igualmente a no asustarse, actualmente el hombre sabe perfectamente que todo aquello que desconozca es malo, y tiene que temerle, pero solamente hasta que consiga destruirlo. Una vez logrado eso, ya no hay motivo para temer, pero sobran para ir a tomarse una birra y festejar la victoria de la brutalidad estúpida sobre la evolución de la razón. Y algunos se quejaban de las inquisiciones... por supuesto, la Santa Madre Iglesia sigue teniendo millones de siervos alrededor del mundo. Pero si solamente estaba haciendo valer las virtudes, no hay nada que recriminarle... (¿?) Ya se, no me tengo que meter con las religiones.

Bueno, ando un poco más coherente. Yo me quedo con las hadas y los unicornios. Sigan felices!


viernes, 28 de noviembre de 2008

Vivo y quemado


Otra que se va... estoy de vacaciones!!! Hoy no hay hadas, no hay duendes y solo un par de unicornios que se vinieron esta tarde. Al límite pero sin llegar en una, a la espera de otra, más afortunada. En vistas al próximo, sin mucha idea todavia, todo es cuestión de tiempo. Eso resume bastante, así que pasemos a cubrir las demandas. La compañía ubicó al cerebro, pero parece medio quemado. Dejo un adelanto, cuando esté en condiciones de escribir algo coherente, lo haré.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Cuento de hadas para las noches de la vida

Mágica noche de sueño inducido, o tarde de verano en plena primavera. No siempre funciona, no tiene por qué hacerlo. El cansancio lo supera y se rinde al sueño. Entonces empieza el cuento. Ya no entiende si está dormido o despierto, pero ciertamente no importa, así que se propone caminar. Llega a una pradera preciosa, el suelo cubierto por un manto verde esmeralda de monotonía interrumpida por pintitas blancas y amarillas. En ella puede ver a los unicornios danzar al son del cantar de infinidad de aves de los colores más exóticos. El sol brillante permite ver bajo el cielo celeste un arco iris doble, sobre el cual corretean despreocupados un grupo de duendecitos verdes. Se permite un trago del agua cristalina que cae por la cascada del arroyo y decide sentarse bajo la sombra del ombú que hay a unos pocos pasos de distancia. La imagen armoniosa lo llena de paz y alegría. El mundo es como debe ser.

Pasados unos pocos minutos una luciérnaga baja del frondoso árbol, da unas vueltas a su alrededor y desaparece tras el inmenso tronco. Él, mira fijamente, sin levantarse, sólo mira. Y bajo esta atenta mirada un hada comienza a asomar detrás del ombú. Ríe tímidamente. Para él, es la misma Afrodita que se presenta ante sus ojos. Su nombre no importa, los nombres no importan. Ella comienza a acercarse, él no puede apartar la mirada de sus ojos turquesas. Da unas vueltas a su alrededor y se sienta junto a él, mira profundo dentro de sus ojos y luego se levanta, tomándolo de una mano. Comienza a correr sin perder por un segundo la gracia; él, corre tras ella como si el infierno intentara tragarlo. Ambos llegan a la pradera y se arrojan al suelo, con las mariposas revoloteando a su alrededor. Los unicornios detienen su danza para observar a la nueva pareja; los duendes se alejan en el horizonte, el sol comienza a caer y con él se desvanece el arco iris.

Aquí el tiempo no existe, pero pudieron haber pasado horas. Él parpadea, y al abrir los ojos el sol ya no está, el firmamento se presenta imponente con su profunda oscuridad, apenas opacada por el relucir de las pequeñas estrellas. Hacia el este, su este, una luna llena, inmensa, brinda la luz necesaria. Las aves ya no se oyen, el silencio abrumador solo se rompe con el suave respirar de su bella hada, que yace dormida a su lado. Él teme dormir, no sabe si está dormido o despierto. Entonces se da cuenta que no importa, al final dará igual. Se duerme a su lado, tal vez no tenga otra oportunidad.

domingo, 9 de noviembre de 2008

De vuelta desde el Sol

Nunca digas nunca

Finalmente algo que decir. Algunas cosas se quedaron en el tintero, o simplemente tuvieron un paso fugaz. Lo primero que quiero es corregirme: alguna vez escuché por ahí a alguien decir "nunca digas nunca"... y creo que tiene sentido. Por más loco o extraño (o no) que algo parezca, descartarlo por completo creo que es una actitud demasiado cerrada (no encuentro otra palabra). Y de acá se desprende naturalmente que todas las opciones son viables, no hay puertas cerradas, solamente gente que empuja cuando dice "TIRE". Podés tener lo que quieras, deberías saber eso.

La ambición, la estructuración, la desorganización

No hay que dejarse engañar. Lo que a simple vista parece un acto impulsivo puede en realidad ser una movida planeada con años de anticipación, en frío, en caliente y hasta en los sueños. Si ya hay dos motivos para hacerlo, ¿por qué no doblar hacia la vida?

No tiene nada de malo ser ambicioso y exigente. Alá, Zeus y San Ernesto Guevara saben bien que yo lo soy. Y no tiene nada de malo ser materialista. No diría que lo soy al 100%, pero lo compenso siendo superficial. Y no tiene nada de malo sentirse atraído por la idiotez. Mi concepto de idiotez muchas veces aplica para personas "exitosas" que logran sus dulces y egoístas objetivos en la vida, usualmente irritándose la lengua de tanto lamer los acaudalados... bueno, eso... de sus chulos. En fin, estos idiotas de buena posición no necesariamente tienen que ser unos imbéciles a los ojos de todo el mundo. Aquellos que vivan bajo sus mismas normas seguramente hasta podrán admirarlos. Y aquellos que no, bueno, cada uno tendrá su opinión. Acá es donde deberían decirme no aclares que oscurece. Perdón.
Me parece perfecto que la gente tenga planes sobre su vida, todos los tenemos, aunque a algunos nos guste ocultarlos. ¿Llegar a ser alguien? Y no se, dependerá de para quién querés ser alguien. Tal vez para alguien ya seas alguien... pero qué puedo saber yo, ¿no? Lo importante de hacer planes, más allá de seguirlos, que generalmente parece apropiado, es estar contentos con ellos lo máximo que sea posible. Y si llevan a destino, bueno, ya se verá llegado el momento, el futuro es impredecible aunque no lo parezca, la ley del nunca digas nunca sigue aplicando. Y si a mitad de camino las cosas cambian, de nuevo, más allá del destino, lo importante es estar bien. Después de todo vivimos una sola vez y ni siquiera sabemos por cuánto.

En resumen, de ácidos y pretensiones

Un ping-pong de comentarios ácidos para digerir algunos clavos. Es mi naturaleza, no puedo evitarlo, posiblemente nunca haya uno que me guste, pero no hay drama, no tiene por qué gustarme. Pero el ácido va a seguir fluyendo, al menos me queda eso.
No tengo miedo, no tengo por qué tenerlo, se que es la decisión correcta, se que es lo que quiero, se que lo necesito. Nadie dice que sea fácil, nadie asegura nada. Pero al menos miraré hacia atrás y sabré que peleé por lo que quise. No puedo decir lo mismo de otros aspectos de mi vida, pero uno toma decisiones que afectan al conjunto, y si no hay una mano de afuera, a veces, en algunos aspectos, un acierto conlleva un error. El tiempo, después de todo, es limitado, y simplemente no se puede arriesgar por todos los caminos.

Totalmente absurda

No hay mucho que decir, simplemente no tuvo sentido. Y eso fue genial... ¿qué necesidad hay de que tenga sentido? A veces los cuelgues pueden llenarnos mucho más que los sermones. O al menos hacernos reir, y después de todo reir hace bien. Yo la pasé bien, y si no fui el único, entonces conseguí lo que quería. ¿Todo? Tal vez no tenga todo lo que quiero, pero tengo bastante. Decisiones, decisiones... no se puede tener todo en la vida, lo cual no es un llamado a la resignación, sino a aceptar que a veces hay que elegir. Podemos tener lo que queramos, pero el tiempo nos obliga a elegir. Así que nunca digas nunca, y si dice "EMPUJE", empujá, si dice "TIRE", tirá. Es todo lo que necesitás, si esa es tu elección.

Sigan felices.

¿Post casual?

Son las 00:27 del domingo. ¿Hasta qué punto somos responsables de las situaciones en las que nos encontramos?¿Hasta qué punto hay algún responsable de estas situaciones? Lo que estoy preguntando es, en forma más general, ¿cuándo podemos decir que algo es casualidad?. Lo que se desprende directamente de esto es el debate clásico y aburrido de si las casualidades existen o no. Yo digo que las casualidades existen, y son esas cosas totalmente causales para las cuales la explicación de la/s cuasa/s es demasiado rebuscada o, sencillamente, no tenemos idea cuál es la causa y mucho menos cómo explicarla, de modo que decimos que es una casualidad, nos lavamos las manos y no admitimos de ninguna manera que no tenemos idea... obviamente, es una casualidad, y soy re inteligente!
Y si de casualidades hablamos, ¿es casualidad que yo esté escribiendo esto sobrio? Y, con una explicación que incluye varias personas, arreglos, desarreglos, desentendidos, Coronas (que no fueron), aviones y mi activa participación, estamos en condiciones de decir que es una casualidad, y mis manos están cada vez más limpias.
El servicio meteorológico debe usar mucho la palabra casualidad... hijos de puta. Y ya que estamos hablando de meteorología, dejo por aca esto, que no se cuánto estará disponible para leerlo, no mucho supongo. No es común que ponga cosas de este estilo, pero bueno, solamente lo dejo para el que quiera leerlo, evito hacer comentarios sobre el tema ya que vengo hablando boludeces y no quedaría bien meter algo serio.

Son las 00:55 del domingo, se escucha Hope has a place de fondo, escribo tranquilo, sin mucha idea. Pero escribir no es más que eso, la gente no debería esperar grandezas de algo tan simple. A veces se da que alguien escribe algo que resulta admirable, revolucionador, interesante o al menos entretenido. Lo siento, yo solamente escribo, no trato de crear nada, si buscan algo más hay muchos libros que pueden leerse.
Ahora bien, si escribir no es más que eso, ¿cómo puede crearse algo escribiendo? Seguramente no es casualidad que a uno le gusten distintas obras de un mismo autor. Además de la predisposición psicológica a que nos guste algo de alguien de quien ya nos gustan otras cosas, debe haber otro factor. Y si lo que se busca es un factor que tenga este efecto, no es algo loco empezar por fijarse en si tiene algo que ver con el autor, que justamente es el punto en común. ¿A qué voy con toda esta parla aburrida? A que escribir no es más que escribir, pero que se cuenta al hacerlo sale de la mente de alguien en un determinado momento, o en una determinada etapa. Entonces lo que fascina es en realidad esa mente que, si dejamos un momentito de lado todas esas cuestiones superficiales y carnales que nos hacen elegir a la mayoría de la gente de la cual nos rodeamos, es lo que finalmente importa. De este modo, algo tan sencillo como escribir puede equivaler a desnudar nuestras mentes frente a todo aquel que lea. Supongo que eso no me deja muy bien parado, pero peor deben estar aquellos ciegos que no son capaces de ver lo que tienen desnudo frente a ellos.

Y la hora es 01:29, y acá la corto. ¡Felicidad para todos y Prozac para los que no alcance! Incluyendo esa araña que llevo horas mirando.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Rubíes y esmeraldas

El cansancio llega a un punto en el cual ya no importa. De la nada a lo ideal, y de ahí al exceso. ¿Cuál es el límite?¿Cuánto es lo justo? Si supiera la respuesta...

Conmigo todo es exceso, y lo que no es exceso se queda en la nada. No conozco el punto justo de las cosas, no consigo mantener el equilibrio. Y eso a veces me confunde, me hace pensar, me hace buscar. Pero, ¿qué importa si no consigo cumplir con el ideal de las cosas? Al fin y al cabo no jodo a nadie, si para algo es que me mantengo en la posición que ocupo. O tal vez eso me obliga a mantenerme en la posición que ocupo. Así que de esto va el post.

¿Dónde está el equilibrio entre la indiferencia y el exceso?¿Por qué la gente busca mantenerse en el equilibrio?¿Por qué no vivir en el exceso de lo que nos gusta y ser indiferentes al resto de las cosas? En lo que a mi respecta, soy un desequilibrado, así que dejo la primera pregunta abierta. Ahora, la segunda, esa es la principal. Del Antiguo Testamento a la cultura actual los excesos se consideran boletos de ida a la perdición (¡viva el avance de la sociedad!). Lo cierto es que hoy por hoy todos cometemos excesos, pero pocos lo admiten. A menos que seas una estrella de rock muerta de los '60s tu vida debe estar regida por el equilibrio. Eso es ser responsable. Tener un trabajo digno, que te pague para tener cosas que te den una imagen decente; tener una familia para mantener, o al menos una pareja (y siempre la misma, no una por día); cada vez más en estos días estudiar o haber estudiado alguna carrera que te permita ocupar una posición en el sistema en la cual puedas lucirte jodiendo a los plebeyos que tenes debajo tuyo mientras alguien (seguramente más vivo que vos) usa tu culo de sacapuntas. Pero por supuesto, sos un hombre responsable totalmente capacitado para lamerle las pelotas delicadamente. Sos el hombre que la sociedad quiere ver, sos el hombre que todos eligen, sos un verdadero IDIOTA.

Ahora bien, si sos un infiel desquiciado pasado en merca que se coge una mina (o macho, para gustos colores) distinta cada noche después de bajarse media botella de tequila, deberías estar ardiendo en el infierno (suponiendo que no estés muerto ya, pero estoy caricaturizando los estereotipos). La sociedad te quiere hundido, y si no puede hundirte, te quiere lejos. No importa si durante el día te la pasas buscando la manera de superarte y te preocupas constantemente por ayudar a las personas, incluso cuando muchas de ellas te rechazarían sin pensarlo si conocieran tus hábitos, que naturalmente no pueden deducir y mucho menos imaginar con sus mentes cerradas. En pocas palabras, caes de una, víctima del prejuicio y del miedo que tienen todos del rechazo social por parte de sus iguales que, naturalmente, sienten igual, valga la redundancia.

Entonces, ¿qué es lo bueno, ser un tipo equilibrado o vivir en los excesos? Yo digo que ninguna de las dos, que lo bueno es ser uno mismo, ser feliz, sin preocuparse demasiado por cuadrar en alguna de esas categorías. Pero no todos piensan como yo. En realidad, son muy pocos los que piensan como yo, lo admitan o no. Tristemente la mayoría se ata al estereotipo del rubí. Yo, paso buena parte de mi vida en la indiferencia y otra parte importante en los excesos. Si sacamos la media casi me ajusto a los requerimienos de la sociedad, aunque si lo vemos de cerca me escapo hacia las dos puntas. No hablé de la indiferencia porque no creo que haya mucho que decir al respecto, no hay un estereotipo válido, al menos no uno solo. Además, se define por si sola.

Bueno, creo haber dejado bastante claro mi punto de vista. Supongo que no sonó muy imparcial mi descripción de los distintos tipos de personas, pero bueno, no puedo ser objetivo. Sin embargo, sería bueno tener ciertos aspectos de la gente centrada, sería más fácil mantener medianamente estable el estado anímico, sería más fácil hablar, sería más fácil evitar la soledad. Pero soy como soy, odiénme por eso, mi lado indiferente se ocupará de que no me moleste. Supongo que no soy ni rubí, ni esmeralda, ni corindón. Pero igual soy capaz de desearles que sigan felices.