viernes, 29 de abril de 2011

Diez minutos

Knockin' on heaven's door... tiempo sin escucharla. Cada tanto, un tanto bastante largo, hay diez minutos en los que no tener arreglo es un placer que no tiene precio. Se me mueve un poco el piso (no se si "literalmente" aplica para sensaciones), y se me vienen muchos recuerdos. Bueno, no tantos porque la mayoría se perdieron por completo, pero muchos dentro de los que puede llegar a haber.

Puerto Madero, las escalinatas de la facultad de ingeniería (antes que las enrejaran), los Marlboro, Gris de ausencia; los años que se fueron tan rápido... al menos no los extraño. Pero cada tanto vuelvo a sentir los olores y sabores de esos tiempos y por algún motivo me alegro un poco. Son los diez minutos en los que no tener arreglo pasa a ser algo genial. No se si lo vale, pero al menos a veces se gana un poco. Qué se yo...

martes, 12 de abril de 2011

Se me pasó otra vez...

¿Qué pienso? Pienso que nunca me entendieron lo que quise decir. Estaba recorriendo los borradores que nunca publiqué y encontré el que llevó a la Crónica de un sueño desperdiciado. La verdad es que recordaba el borrador pero creí que nunca lo había terminado, lo cual es bastante cierto porque no tiene demasiado que ver en realidad.

Noté también que se me pasó otra vez el cumpleaños del blog: cuatro años desde que me convencieron a empezarlo. Me encantaría hacer un recorrido por estos cuatro años de delirios, pero la verdad es que la mayor parte de lo que hay acá escrito es basura, y una buena parte del resto ya ni yo la entiendo. Pero hay algunos, como esa crónica de 2009, que me llevan en un segundo al momento en que los escribí. El resto del tiempo ni me acuerdo de su existencia, pero al leerlos todo se ilumina de una manera genial; hoy por hoy un poco de claridad vale oro.

Pienso como siempre que las cosas pasan por algún motivo, aunque rara vez lo conozcamos. Pienso que no me entendieron, pero bueno, ¿qué más puedo hacer? No escribir, eso es otra cosa que se ve bastante clara desde hace unos meses (vayamos anotándolas). En fin, ¡feliz cumpleaños! Y a los demás, lo de siempre.