jueves, 16 de julio de 2009

Quod Natura non dat, Salmantica non praestat

Somos seres humanos, irracionales pero pensantes... a veces, muchas veces creo. Tal vez nuestros pensamientos no siempre parecen muy útiles porque las preguntas que nos hacemos no son las adecuadas. O tal vez las preguntas que nos hacemos son demasiado pretensiosas; después de todo, somos seres humanos.

La historia del hombre en el mundo está grabada en una larga cadena, donde cada eslabón denota un nuevo permiso que la naturaleza nos concedió. Por supuesto, deberíamos definir qué significa que sea larga. Yo creo que la cadena comenzó a ser larga en el eslabón en el cual la naturaleza nos permitió comprender que estábamos vivos, y por lo tanto, que nuestro paso por el mundo significaba para cada individuo una serie de etapas, y para el grupo en conjunto un ciclo. Hubo un eslabón en el cual la naturaleza escribió: "ustedes ya están listos para saber que hay un principio y un final, ambos inevitables; y que también hay un período en el medio, al que de ahora en más llamarán vida, y lo que hagan en esa vida determinará la continuidad del ciclo de su especie".

Una vez que el hombre supo que estaba vivo, comenzó a hacerse preguntas más profundas, cuyas respuestas no le estaban permitidas per se. Natura dijo ustedes pueden saber, no dijo ustedes pueden entender... gran diferencia. Sin embargo, con su nuevo raciocinio el hombre se volvió soberbio, y de esta soberbia empezaron a nacer doctrinas y explicaciones de las más diversas: las ciencias, la filosofía y las metaciencias, las religiones, etc. Así, las preguntas de todos comenzaron a tener respuestas que se desprendían de los axiomas de la disciplina con la cual cada individuo se sentía más cómodo.

Una frase muy famosa en su momento, y que aún hoy se utiliza explica lo que sobrevino: quod Natura non dat, Salmantica non praestat. Las mismas preguntas, formuladas por distintos individuos abocados a distintas disciplinas comenzaron a encontrar distintas respuestas, por supuesto, algunas más ad hoc que otras. En su afán por agregar eslabones a su propia cadena el hombre comenzó a inventar respuestas. Las ciencias exactas y naturales se propusieron explicar el origen, la posición y el fin del hombre en la Tierra, y no tardaron en apuntar al universo; la filosofía quiso dar cuenta de lo que las ciencias estaban haciendo, pero no se conformó y se dispuso a explicar por sí misma la razón de ser del hombre; las artes quisieron desenmascarar una suerte de espíritu dentro de cada individuo, tal vez sin ánimos de explicar, pero sí de mostrar que cada ser era un universo de pequeñas cosas, y muchas de esas pequeñas cosas podían llamarse sentimientos y éstos, más allá de las explicaciones filosóficas, tenían voz propia y podían transmitirse de las maneras menos pensadas; los artistas dijeron sin palabras "no tiene sentido desoír lo que tu propio ser te dice". Por supuesto, también estaba la religión, posiblemente la disciplina más poderosa en lo referido a influencias, que quiso abarcarlo todo desde su punto de vista. El hombre comenzó a saber demasiadas cosas, olvidó sus raíces y se hizo débil. Con la debilidad del hombre aumentó la fortaleza de dios, y por lo tanto el poder de la Iglesia, que eventualmente se materializó con las Inquisiciones, a partir del siglo XII, y con mayor o menor fuerza y cambiando de nombres, hasta el día de hoy.

Retomando, distintos individuos abocados a distintas disciplinas hallaron distintas respuestas a las mismas preguntas. En algunos casos estas diferencias se solucionaron sencillamente con hogueras y, tras la Revolución Francesa, guillotinas. En otros casos la cosa no fue tan simple y hubo que lidiar con la caída y reconstrucción de paradigmas, lo cual, por tedioso que fuera, puede pensarse que a la larga resultó bastante útil.

Algunos nombres que se volvieron bastantes famosos en estos malentendidos fueron los de Giordano Bruno y Galileo Galilei con las ideas locas sobre la teoría heliocéntrica y otras cositas más. Los dos tuvieron su estilo, al menos según se dice; el primero con su frase a los jueces "maiori forsan cum timore sententiam in me fertis quam ego accipiam", algo así como "parece mayor su temor al pronunciar esta sentencia que el mío al recibirla", aunque eso no le ayudó demasiado. El segundo con las mil idas y vueltas, al menos zafó de la hoguera y, para no ser menos, le adjudicaron la frase "eppur si muove" ("y sin embargo se mueve"), aunque dicen que nunca dijo eso. Lo importante es que, aunque muchos de sus argumentos estaban errados, al final estaban en lo cierto.

A otros, como Gottfried Leibniz, la religión le pegó por el lado de la motivación. Éste, cuando no se la estaba midiendo con Newton, que aunque los libros no lo digan seguramente era una buena parte del tiempo y seguramente le ganaba y por eso Newton sacó todo eso de la gravitación para decir "¡vos la tenés más grande pero a mí se me para más!" (el tipo no sabía perder), se dedicaba a justificar las imperfecciones del mundo matemáticamente, para mantener la idea de la perfección de dios y su creación matemática del universo. Obviamente no hubo motivo para matarlo, aunque tampoco fue muy querido en sus últimos años.

Otro que tuvo un final poco agradable fue Antoine Lavoisier, padre de la química, aunque él no se enfrentó a la Iglesia, sino que la guillotina le llegó por la política (para no hacerlo menos célebre se dice que para demostrar que la muerte no era instantánea se esforzó por seguir parpadeando después que le cortaran la cabeza). Pero me estoy desviando del tema al que apunto, aunque aún no se hayan dado cuenta cuál es ese tema (que por esta vez no es insultar al hombre ni a la religión).

La historia del hombre por el hombre resultó ser a lo largo de los años una seguidilla de situaciones desastrosas, avances y retrocesos, disputas, explicaciones y mucha, pero muchísima miseria. Ahora bien, ¿por qué?. ¿Pensar es malo? Yo no creo que pensar sea malo, tal vez la naturaleza no sea tan sabia y en algo se haya equivocado, pero no creo que fuera en algo tan grande. Pensar puede, a veces, hacer mal, pero no creo que sea malo, que dicho sea de paso es también una palabra bastante subjetiva. Yo creo que el problema es que el eslabón que la naturaleza agregó aquella vez a esa cadena resultó ser demasiado fuerte, y el hombre fue demasiado ambicioso al creer que podría agregar los siguientes por si solo. Al intentar entender la naturaleza, el hombre se olvidó de su naturaleza.

Los seres humanos piensan demasiado (no todos, ya lo se), pero lo hacen mal. Buscan motivos sin preguntarse siquiera si los hay; buscan respuestas y muchas veces no conocen las preguntas. El ser humano se olvida que es un ser irracional por naturaleza y, por lo tanto, los actos y los sentimientos no siempre se tienen que corresponder de una manera lógica. Que tal vez no siempre puedan conocer la razón de ser de las cosas y que esto no quiere decir que no exista esa razón ni que deban dejar de buscarla, pero sufrir por no hallarla es sufrir por una ilusión.

Las artes fueron las únicas que nunca se equivocaron, porque nunca quisieron explicar nada, solamente se ocuparon de divulgar, de mostrar el ser propio o la visión de cada artista, de enseñar al resto del mundo y a sí mismo la persona encerrada en ese cuerpo, su esencia, sus sentimientos. Esas cosas que, a veces, no está en nuestra naturaleza explicar. Esas cosas que a veces, para poder estar en paz, hay que aceptar y entonces seguir, simplemente seguir adelante. Conocerse a sí mismo es importante, pero esta esencia que tenemos dentro, y me incluyo ahora aunque no hablo de mí ni para mí, no tiene que ser necesariamente algo estático que va a estar siempre ahí para que lo observemos, analicemos y tomemos nota cada día, buscando en los siguientes una explicación. Creo que si se lo permitimos, con el tiempo y los sucesos que éste trae puede mutar, en algo distinto, parecido, hermoso, horrible... en algo. Y entonces, tal vez, ni siquiera tenga sentido buscar una explicación ahora, cuando el tiempo con sus jugadas puede cambiarnos las cosas. Aceptar, estar en paz y entonces seguir, seguir y ser felices. Sigan felices!


Con esto reabro el blog. Tal vez algunas personas deberían pensar un poco en los últimos párrafos.

Gracias Pehuen, tu detalle de estabilidad me inspiró

miércoles, 15 de julio de 2009

Deidades eran las de antes...

Dios existe, tiene barba bicolor y vive en mi espejo. No se qué paraíso ven en un baño los que escribieron esos delirios, pero bueno, eran otras épocas supongo. De cualquier modo, buen tipo el barbudo, cada vez que me acerco sale y siempre me devuelve el saludo... a la distancia, yo tampoco quiero parecer molesto, ni que piense que le quiero pedir algo... no, no lo necesito. Un saludo a la distancia está bien. Lo que sí me enferma es que se lave los dientes conmigo; ¡se me pone enfrente el tipo! Para mí que se siente solo.

¿Cuántos de ustedes pueden decir tengo una cita con Dios cada mañana? Yo puedo decirlo. En general varias veces al día, pero a la de la mañana no falta nunca. Puntual como ninguno, eso que suelo cambiarle el horario sin avisar... para mí que se queda toda la noche mirando desde un costadito esperando a que yo entre... ¡y sale con cara de indiferente el desgraciado! Se cree que no le saqué la ficha, pobre infeliz. Pero como decía, buena gente igual. Lo que sí, es muy callado... yo a veces trato de darle un poco de charla, porque me da lástima vieron, todos los dias ahí solo esperándome y yo no le digo nada, eso es de mala persona. Por eso le doy parla, pero es un tipo tímido. Y miren que le hablo del clima, a veces un poquito de política, nada serio, nada de buscar discusión, por favor, no... cositas, como para que diga algo, que se sienta un poco más aceptado. Todos necesitamos un poco de charla de vez en cuando. Pero no hay caso, es como que quisiera, amaga que va a decir algo, mueve la boca, pero no emite sonido. Parecería que algo lo frena. Igual voy a seguir tratando, como dije, me da lástima, no me voy a andar enojando con él porque sea tímido.

¿Notaron que usé mayúsculas para escribir Dios? Totalmente a propósito... ahora que probé que existe, tenía que hacerlo... no para todos los pronombres porque ya es una exageración, no creo que se merezca tanto, pero siendo un ente físico que vive en mi espejo, y a falta de mejor nombre, le decimos Dios. Yo le digo Dios. Un mejor nombre... ¿cómo lo puedo llamar sino? Pasa que se me ocurren nombres de mujer solamente, y por lo que dicen sus empleados el tipo es medio homofóbico, así que no lo quiero hacer enojar. Sí, ya se que es una pelotudez, pero bueno, es una persona mayor, tiene esas ideas retrógradas en la cabeza, no se las voy a andar queriendo sacar yo, máxime que no habla. En fin, Dios existe, tiene barba bicolor, vive en mi espejo y el paraíso tiene aires de baño... fetiches divinos supongo. Sigan felices, yo me voy a hablar con Dios.

Igualmente, se me hace que Zeus tenía un poco más de clase.

lunes, 13 de julio de 2009

¡Tanto tiempo!

No se quién es ese tipo, pero me parece que es un hombre muy sabio, vos hacele caso que te va a ir bien. Tantos años que no te veo... ¿qué es de tu vida? La verdad que se te ve muy bien, y viéndote así no te puede estar yendo mal.

¿La mía? Bárbaro, gloriosa como siempre, y con los años se pone mejor, como el buen vino, no como el vinagre ese de aquella vez; ¿te conté de aquella vez? ¡Qué manera de entrarle! Dos en coma terminaron, pero la pasamos bien. Ni siquiera sabíamos a dónde íbamos con el otro borracho, no nos acordábamos la dirección, pero el tachero pasó por la esquina y reconocimos a todos esos trajeados. Volví a ir varias veces a ese lugar, con otra gente. Ahora sería más fácil encontrarlo, tengo un amigo que vive al lado, te debes acordar de él.

La verdad es que es difícil contarte algo nuevo, no me acuerdo cuando fue la última vez que nos vimos... aquella en el colectivo creo, ¿no? Sí, necesitabas una bolsa para poner las manzanas, ¡que colgada! ¿Eso fue hace tres años? ¿Yo? Yo sigo estudiando, ahora con un poco más de ganas, caí en que tengo que hacerlo, después de todo es lo que a mí me gusta. También estuve un par de años en la industria farmacéutica chupaalmas, esclavizadora... espero no volver ahí. No, no, ahora no estoy trabajando. ¿Que cómo hago? Esa, querida, es una muy buena pregunta. Por ahora tiro, probablemente en unos meses tenga que volver a laburar, pero voy a intentar encontrar algo más a mi gusto. Sí, ya se que a veces esas cosas no salen, pero bueno, al menos trataré. Sino, muy de última, siempre queda un pedacito de alma para que te chupen.

Hoy fui al cine, hacía mucho que no iba. No, no fue la gran película, una policial por así decirlo... ¿cómo se llamaba? Código de familia acá, ya te averiguo el título original... Pride and glory, sí. Es lo que dije hace un rato, igualmente fui en busca del ambiente, no de la película. Estaba estudiando y me pintó ir. Además, con esto de la gripe no va mucha gente. Había dos parejas aparte de mí: una eran gente mayor, cerca de sus setentas calculo yo. Los otro parecían ser un matrimonio treintañero de esos que están en el límite de perder la pasión que solían tener... muy molestos con el pochoclo, pero bueno, son pequeños detalles que se soportan sin problema. El cine es una maravilla, siempre me alegra. No importa si ya estaba alegre, me alegra más. Me hubiera gustado estudiar algo de eso, pero bueno, las artes no se me dan, lo mío es entender la naturaleza, creo que para eso nací, para buscar, para mirar, para cuestionar, para entender.

En general todo bien, o sea, siempre hay altibajos, pero cuando se los mira desde otra perspectiva uno se da cuenta de cosas, ¿no? A veces no te das cuenta del efecto que tienen algunas actitudes, y cuando te das cuenta empezás a hilar una cantidad de otras cosas que antes nada que ver y te terminás persiguiendo mal, y es como esas bolas de nieve de los dibujos. Pero poniendo un freno y mirando desde otro ángulo, decís: ¡qué boludo! Y sí, no es borrón y cuenta nueva, porque no es tan sencillo, pero con buena voluntad y si todo el involucrado quiere que las cosas salgan bien, va a salir todo bien. Hay que preocuparse menos, pensar menos y dedicarse más a vivir en paz, con uno y con los demás.

Bueno, creo que te puse más o menos al día, al menos para no ser nadie para mí. Creo que nunca te hablé tanto muchacha. En fin, espero que estés bien y feliz. ¡Un beso! Y en serio, hacele caso al tipo ese que levantando las gomas podés levantar el mundo. Seguro te va a ir bien.

La pantalla grande

El cine, ese lugar maravilloso... una sala casi vacía donde todo es lindo. No importa si lo que pasan en la pantalla es basura; no es la película lo que voy a buscar (si es buena mejor), sino el ambiente, el momento. Por un par de horas lo único que tenés que hacer es sentarte y disfrutar, no necesitás pensar, no tenés que pensar, y no te das cuenta que el tiempo pasa. Estás sentado prácticamente solo en una sala oscura, cómoda, viendo una historia pasar en una pantalla enorme.

Cuando estoy en una sala de cine me olvido que hay un mundo afuera, me olvido de todo. Me olvido que allá afuera me tengo que cuidar, que hay gente mirando. Ahí dentro no tengo que estar pendiente de nada, no me persigo, no hago mal a nadie y no me hago mal a mí. Solo presto atención a esa pantalla, no tengo preocupaciones, simplemente soy feliz. Hacía mucho que no iba al cine.

Aunque esto por ahora esté bloqueado y no lo puedan leer, sigan felices!

domingo, 12 de julio de 2009

El cielo es el límite

Son las 11 y otra vez graniza en Buenos Aires. Son enormes piedras cayendo alrededor... parece que el cielo se desmorona, pero no es así. El cielo sigue fijo y sigue siendo el límite. El límite infinito de todas las cosas que no somos capaces de hacer, el límite que nunca podemos alcanzar, ese que nos permite ir siempre más allá. Ese límite que avanza con nosotros...

El cielo es el límite. Esa frase para momentos de alegría, de superación. Esa frase de "nada me puede parar"... y es así, totalmente. Creo que esa frase aplica siempre, creo que de verdad no hay un límite para las cosas, y en especial, creo que no hay un límite para la idiotez. Una persona puede joder las cosas de las maneras más increíbles. Yo no se si es una habilidad especial que se tiene de nacimiento o si uno la elabora con los años, pero a veces es impresionante. Hay gente que con cada cosa que hace, sin importar para qué sea, la caga... y la caga más y más. ¡Por dios! Átenle las manos, cósanle la boca, córtenle los dedos... ¡alguien haga algo! A veces no se entiende.

Es increíble... sigan felices!

martes, 7 de julio de 2009

El principio del cuento...

No lo veo empezar, pero así termina el cuento. Llegado a un gris verdoso, nadie sabe el por qué... será que a veces no hay un por qué. Eran dos, ahora es uno, mañana cierra, ¿para qué va a abrir si está vacío? Se le ve triste, pero ya no entiende qué es eso, ya está más allá. ¿Cómo empieza ese cuento?

Millones de comienzos distintos, uno más estúpido que el otro. Al que lo ve de afuera le da lástima. El que lo ve de afuera no se da cuenta que él puede estar comenzando a escribir el suyo. Tal vez no hoy, no ahora, tal vez mañana. No es una cuestión de tiempo, pero cuando debe ser, es una cuestión de tiempo. El que lo ve desde afuera no sabe si debe ser; él piensa que no, él vive y es feliz, ¿cómo podría terminar así? Está tan gris, está tan solo... eso le pasa a los que echaron a perder su vida, no a mí.

Pidió un poco de suerte, desesperado. Pidió que la cosas fueran, al menos por una vez, fáciles. ¿Qué tan malo puede ser eso? Solamente necesitaba un poco de paz. Pidió su suerte y la consiguió. Del cielo cayó un regalo maravilloso, de pronto comenzó a llover felicidad... ¿qué más fácil que eso? Tan fácil como ahogarse en ese diluvio. Pero entonces: ¿cómo empieza este cuento?

Nada más difícil que ver el comienzo de algo que no tiene sentido. La razón acá no juega ningún papel; este cuento empieza cuando la razón nos da la espalda. ¿Y cuándo la razón nos da la espalda? Se ve una pregunta llevar a la otra, definitivamente hacen falta respuestas. La razón nos da la espalda cuando nosotros le damos la espada a ella. Eso es una respuesta que no aporta nada. La razón mira para otro lado cuando soñamos despiertos, cuando deseamos, cuando nos ilusionamos, cuando admiramos, cuando buscamos, cuando peleamos y finalmente cuando fracasamos. Y cuando fracasamos y la razón nos da la espalda, y cuando nosotros le damos la espalda a ella, todo el mundo nos da la espalda. ¿Es esto último verdad? Al menos en principio, a veces sí, a veces no. Hay todo un proceso en el medio, después que el cuento empieza no tiene más opción que desarrollarse. El cuento tiene vida propia, a la vez que nuestra propia vida se convierte en un cuento. Cada obstáculo da varias salidas, y la única forma de elegir resulta ser, a la larga y aunque no lo notemos, cruzar sin mirar una puerta cerrada, tras la cual no hay vuelta atrás. Vamos con el cuento, que hablará de nosotros (pueden no leer la historia, es larga y vacía, solamente busca remarcar un par de puntos).

Corre un año no muy lejano, uno como cualquier otro para nosotros. Llevamos una vida normal, con los altibajos que sufre cualquiera, ya que por supuesto, cualquiera podría ser nosotros. La vida no nos sonríe, pero tampoco nos apalea. Somos jóvenes, trabajamos, estudiamos, nos divertimos, la gente nos quiere, a algunos los queremos. Está claro, somos gente normal.

Hoy es un sábado como cualquier otro, dentro de un rato tenemos una fiesta, lo cual no nos preocupa demasiado. No es nada extraordinario, solamente otra reunión de amigos para pasar el rato. Pero no hay razón para demorarse, ni nada mejor que hacer, así que nos damos un baño tranquilos, y salimos, a pasar el rato.

Noche de sábado como cualquiera, están casi todos los que importan. Siempre falta alguien, pero eso es común, algo habrá tenido que hacer, no nos preocupa. Comemos algo, tomamos algo, hablamos algo, y seguimos con este ciclo. Eventualmente dejamos de comer, por supesto, pero seguimos tomando, es una fiesta después de todo. La pasamos bien, sabemos que es todo una mentira, pero eso no nos quita el sueño. Somos gente normal, siempre es así.

Ya está bien entrada la madrugada y la gente empieza a aburrirse. Es, por supuesto, un buen momento para fumar algo, o al menos eso piensan algunos... no daña a nadie. Seguimos tomando, fumando, todo se reanima, las risas reaparecen y el sueño empieza a hacerse presente, así que simplemente nos vamos a dormir. Algunos se van, otros se quedan, de cualquier modo la noche terminó.

El ciclo de la semana se repite, nuestra vida se torna algo monótona, muchas noches aburridas, le pasa a todo el mundo. Y como todo el mundo buscamos algo que hacer en esas noches aburridas. Simplemente matamos el tiempo, no tiene nada de malo tampoco.

Como ya dijimos, nuestra vida tiene altibajos. Hoy nos topamos con uno de esos bajos. Normalmente no es un problema, son cosas que pasan, nada del otro mundo, un mal rato en una noche aburrida, ¿qué problema hay? Sin que lo notemos, empezamos a escribir nuestro cuento. Pensamos que no pasaba nada, que era cosa del momento; resulta ser que pensamos, ese fue nuestro error. En una noche aburrida tuvimos un mal rato y pensamos. Cruzamos esa puerta y la vimos cerrarse detrás nuestro, sin darle importancia.

Esta mañana amanecimos en un nuevo mundo. Estamos irritables, la gente nos molesta en el trabajo. Nuestro compañero está sentado ahí sin hacer nada. Le pasamos un par de avisos y él no hace nada. Está bien, problema suyo, se perjudica solo. Decidimos ignorarlo, aunque nos molesta el simple hecho de mirarlo. El día sigue como cualquier otro, pero hay un dejo de incomodidad en el aire. Llegada la tarde lo confirmamos: le pasamos un tercer llamado, el se enoja, nos peleamos. En ese momento entra nuestro jefe, que tampoco había tenido una buena noche. Todo el mundo está enojado y nosotros más, no vamos a aguantar esto. Los mandamos a la mismísima mierda a los dos y nos vamos. ¿Quién necesita ese estúpido trabajo de esclavos? Así estamos mejor.

Llegada la noche festejamos con un buen tequila, ¡comienza de una nueva vida! Después del sexto shot caemos dormidos. No tiene importancia, igualmente nada hay que hacer al día siguiente... el día siguiente que comienza con el sol de las 12 pegándonos en la cara. Estamos con la ropa de ayer y una resaca espantosa. Naturalmente, no tenemos ganas de hacer nada. Otro día que se queda en el olvido... y de igual forma pasan los siguientes. Cuando nos damos cuenta dejamos también de estudiar y ya no vemos tanto a la gente. ¡Hay que arreglar esto! Otra fiesta...

Ya en la fiesta todo parece ir como siempre, hablamos, tomamos, fumamos... tal vez esta vez hablamos de más. Pero más vale decir lo que pensamos, ¿no? Igual todo está bien. Seguimos disfrutando de la noche, todo parece ir bien, y de la misma manera la terminamos. Otra que pasa, algo distinta, pero no parece ser tan terrible. Y así seguimos nuestra vida.

Los días siguieron pasando y las palabras quedaron rebotando. Las noches se volvieron más aburridas, lo cual era esperable, ya que no hacemos nada de nuestras vidas. Así es que se nos da por pasar las noches fumando, tomando, delirando. De cualquier modo, no hay nada mejor que hacer. A este punto el cuento ya está bien entrado en páginas, aunque todavía no notamos que lo estamos escribiendo.

Pasaron semanas, y seguimos igual. Empezamos a notar que las cosas no están bien, que ya no estamos como antes. Pensamos nuevamente, y nuevamente es un terrible error. No podemos seguir así, y viendo que casi nada nos ata a este lugar decidimos hacer un viaje. El sur parece lindo, y allá vamos.

Noche de pub en Ushuaia... estamos completamente borrachos y fumados, rodeados de personajes que hablan en algo que simplemente suena inentendible. Bien podría ser castellano, que igual no entendemos nada. Alguien nos da unas pastillas y algo para aspirar... no lo conocemos, pero tiene cara simpática. En este punto cualquier cosa es buena. Alguien dice algo de un barco en el puerto, hablan de ballenas o algo así. Seguimos sin entender, pero parece una buena idea.

Deben haber pasado un par de días... el tiempo fluye, pero no entendemos bien cómo lo hace. Revisamos nuestros bolsillos... milagrosamente todavía tenemos el teléfono, casi sin batería y sin señal, por supuesto. De cualquier modo no hay ningún mensaje, ninguna llamada. Lleva un par de semanas siendo igual de útil. Subimos unas escaleras, abrimos la puerta y vemos que lo del barco no era mentira: estamos en medio del mar. Primero nos desesperamos un poco, pero pensándolo bien, nos fuimos de viaje porque no había razón para quedarse, ¿qué tiene de malo extenderlo un poco más? El idioma de esta gente definitivamente no era castellano, no les entendemos un carajo. Pero siguen pareciendo buena gente, nos dan trabajo que hacer: limpiar. No es tan malo, siempre quisimos algo sencillo.

Después de unas semanas finalmente llegamos a puerto. Hace frío, mucho frío. Tratamos de preguntar dónde estamos. Parece que este tipo algo nos entiende, seguramente lo ve en nuestra cara; Klaipeda dice él. Hubiera sido igual que no nos respondiera, ¿qué mierda es Klaipeda? Según parece, nuestro nuevo hogar. En este momento nos damos cuenta que cruzamos demasiadas puertas sin saber lo que había al otro lado. En este punto estamos solos, ya todos nos dieron la espalda. ¿La razón? A la razón le dimos la espalda hace rato.

Llevamos una semana en un lugar completamente desconocido, no tenemos idea lo que dice la gente. Es un lindo parque, muchas personas paran acá con nosotros. Nos hicimos algunos amigos nuevos, que nos enseñaron cómo vivir ahí. También conocimos algunas cosas más fuertes que nos alegran las noches aburridas y, últimamente, también los días. Este lugar puede convertirse en una maravilla, pero hace un par de días que no tenemos nada, y nos sentimos bastante enfermos. De esta noche no pasa, decimos con nuestros amigos. Y no pasó.

Nos despertamos en una playa de Klaipeda, ya pasado el mediodía. Naturalmente, no tenemos la más pálida idea de por qué estamos ahí. Escuchamos un momento el sonido del mar, las olas golpean en la rompiente. La playa está completamente desierta, salvo por nosotros. La noche debió ser bastante larga, no tenemos claro nuestro último recuerdo... aunque no nos damos cuenta, no tenemos claro ningún pensamiento. Parece bastante oportuno levantarse y andar, así que simplemente emprendemos viaje por la ruta, caminando tranquilos. Nos sentimos en paz.

No vamos a hablar de horas, el tiempo simplemente fluye, no tenemos noción de cómo lo hace. En la caminata empezamos a recordar un par de cosas sobre la noche anterior... parece que no todo salió tan bien. Conseguimos algo, tomamos algo, pero no recordamos el frío de la mañana en la playa. Algo está faltando, hay un cuadro perdido. Decidimos volver al mar, tal vez allá esté más claro. Volvemos sobre nuestros pasos.

Finalmente llegamos al lugar donde no despertamos. Se ve demasiado gris.

Esta fue la historia. Entonces, ¿cómo empieza el cuento? El cuento empieza sin que lo notemos, sin que nadie lo note, con pequeños detalles. Empieza con una suma de pequeñas cosas, pero nadie ve que está comenzando hasta que ya es demasiado tarde. Esta fue sólo una historia, el cuento lo escribe cada uno.

Una aclaración final: esta historia no necesariamente habla de mí ni incluye mi cuento. Puede ser cualquiera. Sigan felices!

jueves, 2 de julio de 2009

Cambio de diseño

Hola gentes! Bueno, como habrán notado (al menos aquellos tres que entran de vez en cuando), cambió el diseño del blog. ¿Por qué? Porque pintó. ¿Va a durar? Vaya uno a saber... por ahora, es lo que hay. Si algo no funciona avisen. Y vuelvan a votar, que la encuesta anterior se perdió.

Probablemente lo siga toqueteando en estos días, pero ahora debería ponerme a estudiar para mañana. Sigan felices!