domingo, 23 de mayo de 2010

Química y física

"Es la ciencia que estudia las transformaciones de la materia". Todos conocemos esa definición, es lo que le dicen a uno como introducción al curso más básico de química. Es el estudio de las cosas extrañas que pasan durante y mediante esos procesos locos que involucran la ruptura y formación de lo que los químicos llaman enlaces, procesos denominados reacciones (químicas). ¿Y qué es lo que los químicos conocen como enlaces? Podríamos decir que son interacciones electromagnéticas que se generan entre electrones de distintos átomos, manteniendo a estos átomos en posiciones de equilibrio, agrupándolos de una manera específica para generar lo que después llamamos moléculas, estructuras metálicas, redes cristalinas, sólidos moleculares, compuestos de coordinación, etc. ¿Y qué saben los químicos de estas interacciones? Acá las cosas empiezan a enturbiarse un poco.

La química nace históricamente con los trabajos de Antoine Lavoisier, especialmente desacreditando la teoría del flogisto, publicados en su Traité Élémentaire de Chimie en 1789, unos pocos años antes de ser guillotinado. Por supuesto había cosas parecidas desde mucho antes, hoy consideradas como alquimia.

La química no cambió realmente demasiado en los siguientes 200 años. Es verdad que se desprendieron montones de ramas inmensas que se desarrollaron hasta casi constituir ciencias separadas, pero los principios básicos de la química siguen siendo los mismos, y la forma de pensar sigue siendo la misma. Los químicos siguen tratando sistemas macroscópicos; puede hablarse de enlaces, electrones, orbitales, modelos cuánticos, cinética, termodinámica, etc., pero a la hora de trabajar, qué pasa y qué no pasa sigue dominado por la estadística. Los sistemas con los que se trabajan tienen billones y billones de moléculas, con lo que una distribución normal no sorprende a nadie. Es un bosque inmenso para mirar, ¿no sienten que se pierde algo? Cuando las cosas son tan masivas tampoco es de extrañar que los modelos ideales se desvíen asquerosamente; la química real sigue haciéndose con los dedos.

Es cierto que con el descubrimiento de los rayos X a finales del siglo XIX y el surgimiento de la mecánica cuántica en la década de 1920 se pudo empezar a pensar la estructura de la materia desde un aspecto más fundamental. Las técnicas espectroscópicas que siguieron permitieron una relación mucho maás fuerte entre la visualización experimental y el trabajo en base a modelos teóricos. Es decir, la química-física nació y creció hasta llegar a una especie de crisis de identidad. Una gran parte de lo que hoy se llama química-física y química cuántica choca con la forma de pensar química. La química es el estudio de las transformaciones de la materia. La física por su lado es (entre otras cosas) la encargada de estudiar a la materia propiamente dicha (omitiendo la energía, pero no está tan lejos cuando incluimos los limes de Einstein). La química-física recibe su nombre por estar un poco de cada lado, pero creo que cada vez más se convierte en una ciencia física dedicada a estudiar la química. Es una paria que incomoda por igual a físicos y químicos.

Yo pienso, creo y siento que estas divisiones solamente hacen mal. Creo que la necesidad de dividir y especializar nubla cada vez más la visión de aquellos que se dedican al estudio de la naturaleza. La naturaleza es una entidad única, indivisible, como lo es cualquier sistema complejo, como lo es una persona. Cuando dividimos dejamos zonas entre cada subconjunto donde las cosas que pasan no parecen ser asunto de nadie, y donde los pocos que aceptan meterse realmente no entienden muy bien donde están parados. Es lógico que el continuo desarrollo de conocimiento lleve a la necesidad de especializar a la gente, cuya capacidad y cuyo tiempo es limitado. Pero especializar no debería ser compartimentalizar.

Creo que la química es la ciencia más fascinante que hay. Es muy difícil transmitirle a alguien lo amplias que pueden ser las "transformaciones de la materia". Pero nos olvidamos que todo esto nace en algo fundamental, que hay mucho más en el fondo, que todo es producto de interacciones más profundas que no entendemos. Y creo que ahí es donde hay que mirar. Lamentablemente el pensamiento de los químicos no abarca estas ideas. Lamentablemente los físicos no ven más allá de la brujería en la química. Creo que es esto lo que intento hacer notar.

Físicos, químicos, naturalistas: igual sigan felices!

domingo, 16 de mayo de 2010

El paraíso en la mente

Pasando el plumero un rato, aunque vendría mejor una buena pala. Arde el horno que parece infierno, pero se que no hay ningún problema. Es el paraíso de la gente linda, que está bueno ver que todavía hay. Estoy en paz, y estos días me alegraron mucho. Es el conjunto de las casualidades digamos; ¿qué hubiera pasado si...? No deja de sorprenderme la manera en que una elección sobre parámetros conocidos trae consecuencias tan inesperadas. Es que lo predecible tiene un límite, y eso está muy bueno.

Como otras tantas veces me meto en este hueco para evitar un ratito la realidad, para hacerme el rebelde y dejar un poco de lado eso que debería estar haciendo. Creo que eso es un poco la jabalina simpática que nos mantiene jóvenes y alegres. Ayer estaba leyendo algunos posteos viejos, mientras buscaba unas fotos o algún video; cuando uno se lee a sí mismo encuentra cosas muy extrañas, tantos cambios en tan poco tiempo y cosas por el estilo. O no, tal vez es una mala impresión, no voy a fingir que lo se. Lo que sí se es que la vida es bella si la dejamos ser, y no hace falta más que dejarla ser, el resto se construye solo y te sorprende, y ahí está lo lindo de todo esto: es que nunca se sabe. Digo gracias al aire y a nadie más, porque hoy no necesito nada, y todo lo que venga, a lo sumo, podrá hacerme bien. Espero que sigan felices, por ustedes y no por mí.