martes, 29 de junio de 2010

Júpiter, la Luna y mi Sol

Cambiar, cambiar... no se si tanto, aunque posiblemente vos puedas decirlo mejor. Tampoco se lo que es ese personaje del que hablás, no se si lo conozco o no; no se si era para temer, no se si deberías temer. Se que algo falló aquella vez, se que algo estaba muy mal.

De Júpiter a la Luna surcando el Sol, a través de esa luz en medio de la noche, dejando la huella que ella me deja. Tantas vidas desperdiciadas y tantas otras por tirar, siguiendo los caprichos de un destino que avanza un paso más allá. Y son cinco chiquitos recién, cargados de una molestia inmensa, pasando de un ánimo a otro no tan distinto. Cansado por sobre todo lo demás, cansado de muchas cosas.

Puede ser que tanto pensar no permita disfrutar, o puede ser que haya tanto para pensar porque no hay nada para disfrutar. Puede ser que haga mal, o que no haga bien. Hay un mundo en algún hueco donde todo es como debería ser. Es un mundo sin miedos, sin vergüenzas, sin obligaciones, sin negaciones, sin idioteces, sin represiones, sin rechazos, sin ilusiones, sin arrepentimientos, sin tiempo; se disfruta hasta el cansancio y es el único cansancio que se conoce. Las cosas se aceptan y la vida se vive. ¿Cómo debería ser? Hay un mundo en un rincón de mi cabeza, un mundo que no es real ni es ideal, no tiene aire pero deja respirar. Igual yo no voy.

Cinco menos, más o menos. Cierro los ojos y lo veo brillar, y atrás brilla ella, imponente, y adelante... siempre es en serio, todo, y ya lo se, pero esta vez me sorprendió a mi también. No se si hay más que decir. Sigan felices y ya.

sábado, 5 de junio de 2010

¿Reir o llorar?

Estabas así como re tranqui y de repente te escupieron a la locura, y saliste corriendo y llorando, quisiste, dijiste dos palabras y la loca te amasó pegándote un poco. Te callaste y miraste un toque para adelante y te cegaste, miraste para atrás y te asustaste, cerraste los ojos y te salieron unos nuevos. Palo y palo, perdiste dos giladas, ganaste experiencia y la sufriste un cacho.

¡Uy, mirá, hice este experimento, mandé unas temperas y las piedras caen para arriba, chabón! Y ahora que te lo creés ya está, es tu mundo. En tu mundo usás ojos de mentira, dibujás lo que te rodea y escribís un cuentito de lo que sos. "Dale flaco, no te metas"... ¡pero te digo que vale la pena! Salí un rato a pasear, salí de ese encierro y mirá desde acá. Pero bueno, que lloren los otros, ¿de qué sirve? Yo elijo sonreir(te). Igual all's well that ends well, pero ponele que falta.

¡Sigan felices!

martes, 1 de junio de 2010

Pleasure little treasure

Hoy una personita muy particular me dijo: "esos son los tres placeres de mi vida". Eso me hizo pensar un poco, pero fue poco, porque enseguida me distrajo y la idea se fue al demonio. Así que lo que trato de hacer acá es reconstruir esa idea que se esfumó. ¿Cómo sería la vida si nos dejáramos llevar únicamente por esos placeres simples, o no tan sinples, únicos, nuestros...?

Pasamos los días a las corridas; nos alteramos, nos preocupamos, padecemos fracasos, nos torturamos tratando de alcanzar metas que ni nosotros estamos muy seguros dónde están. Peleamos con un monstruo enorme al que le damos de comer con cada respiro y nos olvidamos, ¿nos olvidamos? Después llegan esos ratos, esos placeres que nos desconectan de ese mundo, un minuto, diez, treinta, un día y se pasan otra vez. ¿Cuál es el sentido? Podríamos elegir vivir por instintos, subidos en un tren de placer, pero no lo hacemos, ¿por qué? Será que en la vida hay algo más que eso, será que necesitamos de algo más para llenarnos. ¿Será que los placeres son placeres por falta de abuso? Así elegimos vivir.

Quizás porqué... ¡sigan felices!