viernes, 29 de abril de 2011

Diez minutos

Knockin' on heaven's door... tiempo sin escucharla. Cada tanto, un tanto bastante largo, hay diez minutos en los que no tener arreglo es un placer que no tiene precio. Se me mueve un poco el piso (no se si "literalmente" aplica para sensaciones), y se me vienen muchos recuerdos. Bueno, no tantos porque la mayoría se perdieron por completo, pero muchos dentro de los que puede llegar a haber.

Puerto Madero, las escalinatas de la facultad de ingeniería (antes que las enrejaran), los Marlboro, Gris de ausencia; los años que se fueron tan rápido... al menos no los extraño. Pero cada tanto vuelvo a sentir los olores y sabores de esos tiempos y por algún motivo me alegro un poco. Son los diez minutos en los que no tener arreglo pasa a ser algo genial. No se si lo vale, pero al menos a veces se gana un poco. Qué se yo...

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