Un día interesante

Dos extrañas horas... mucho sueño, pucho de por medio. Hablame de vos, de tu trabajo, de tu fantasía, de tu familia, de tu personalidad, por qué si, por qué no. Dibuja un árbol, una persona, una persona bajo la lluvia, dales nombre y edad. ¿Alguien conocido? No. Ordena los colores según te gusten más. Son 170 preguntas sin respuestas correctas, forzate a elegir... estas 15 sí tienen respuesta correcta, 35 minutos para el total, sino empieza a restar, no pienses. Elegí de nuevo los colores, el orden cambia la percepción. Es verdad, cambia. Son cuatro dibujos borrosos, decime qué ves, qué pasó antes, qué está pasando, qué va a pasar. Estas preguntas no son escritas, si no pudieras ser una persona, ¿qué serías?... ¿y si tampoco pudieras ser un animal?... ¿y si tampoco pudieras ser un vegetal?... ¿por qué? Seguro que nada creado por el hombre. Salvo cosas olvidadas, esto fue todo. ¿Las respuestas?... demasiadas respuestas, demasiadas preguntas. En fin, dejemos los análisis a los psicólogos y las drogas a los psiquiatras (atajala!).

Me olvidaba... ¿qué te atrajo de la química? La verdad, en principio fue una elección por descarte... después, la satisfacción de la dificultad vencida. La realidad... la posibilidad de crear un universo de vida inanimada, exenta de toda esencia, sin libre albedrío, la posibilidad de ser su dios (parte omitida).

Bueno, por otro lado, seis de la mañana en esa plaza, un momento de paz, previo a lo demás. Una idea brillante (o no), de seguro atractiva. Sí fue agradable, la paz en toda su esencia... no se consigue muy seguido. No es fácil olvidar por completo todo el resto de la vida, ¿o casi todo?. Da igual, contaminación difícil de limpiar. Aparte; ese inglés no estaba tan errado, no lo vemos en nosotros por un tema de longevidad, pero se ve en ellos.

En fin... un día interesante, hasta que aparecieron las 800000 agujas, y después el resto.