Lo que ese otoño se llevó...

Estaba a punto de postear algo, pero no pude. Me trajo a la memoria otra cosa, de la que no voy a hablar explícitamente, tampoco puedo. Lo que puedo decir es que no siempre fui asi... quiero decir, la esencia de una persona es algo con lo que nace y muere, eso no cambia nunca, y con suerte (o no) perdura en la memoria de aquellos que hayan llegado a conocerla. Cuando digo que no siempre fui asi me refiero a mis actitudes, mi forma de pensar, de relacionarme, incluso de ver y hasta de sentir algunas cosas. No recuerdo muy bien como era antes, pero hoy me di cuenta que alguna vez la inocencia formó parte de mí. Fue un flash que tuve y me permitió ver a ese yo que se enterró, más bien que terminó de enterrarse (no sin ayuda, pero esa parte es otra historia que me reservo) en ese otoño... creo que fue hace 9 o 10 años, no importa, podría averiguarlo, pero no estaría bueno. Lo que quiero decir con esto es que cuando uno mira un poco hacia atras ve que tiene tan poco control sobre su vida, tantas cosas derivan de otras. ¿Uno es quien quiere ser? Si, de eso no tengo ninguna duda, pero... ¿es realmente uno el que decide quién quiere ser? De eso no estoy tan seguro. A veces parece que la vida misma te lleva a situaciones en las que terminas siendo, y queriendo ser, alguien que en el pasado nunca te hubieras imaginado.
La vida misma... eso parece más una excusa que una explicación, pero es algo tan complejo y simple a la vez que confunde... sí, la vida misma. Cuando ves la cara de un chico, no se, que recibe un juguete nuevo en su cumpleaños, y ves esa alegría única, indescriptible, no pienses en lo que le depara, disfrutá su alegría y deja a la vida el futuro, gozala como una obra de arte que te llena de emociones, sin pensar en su fragilidad. La inocencia es impagable, no la arruines.