domingo, 8 de febrero de 2009

Catarsis, acomodando ideas

Totalmente confundido, me siento un idiota, y encima tengo que organizar esto. En primer lugar pido perdón a la gente que arrastro, TE pido perdón, si de algo sirve... qué se yo, mambos míos supongo. Bueno, a lo que nos ocupa. A lo largo del día estuve anotando palabras en algunos papelitos. Naturalmente, no lo podía hacer simple. Las palabras son algo bastante fuerte, pueden hacer muchas cosas, y cuando uno anda en esos días que aparecen una vez cada tantos años, no ayudan. Ahora hay que organizarlas, sacarles provecho, significado... usarlas.

Sobre las preguntas

Bueno, con esto de las preguntas hoy he jodido más de la cuenta, mucho más. El asunto sobre esto es una necesidad rara de hablar que tengo, rara y molesta. Y como soy un desastre para expresarme, para coordinar, para mantener una conversación razonable, bueno, pasan estas cosas. Voy a esforzarme para cerrar esa puerta que evidentemente no deja salir nada aprovechable.

Acerca de la necesidad

La necesidad no es algo solamente mío, me refiero a las necesidades que en general tiene toda la gente. Las de algunos más razonables, las de otros más excéntricas, las de otros inentendibles. Normalmente las mías son un poquito de cada una, a veces pasa que más del último tipo, pero bueno, es a veces. Las de otras personas por otro lado, son interesantes, reflejan la naturaleza humana en su máxima expresión, es buenísimo. Uno puede pasarse la vida analizando esas cosas, pero tengo demasiadas palabras escritas y no tanta vida, así que lo dejamos para la siguiente generación.

De las necesidades a los deseos

Y a veces se confunden un poco las cosas. No es tan difícil pasar una necesidad por deseo y viceversa. Pero los deseos son la esencia de la vida misma. ¿Qué seríamos sin deseos? Más allá de la parte supersticiosa del asunto, en mi caso yo no pido deseos ni en los cumpleaños ni fechas y ocasiones en las que uno normalmente lo hace. No porque no crea en ellos, es algo que se hace más por tradición que otra cosa, sino porque últimamente no tenía deseos. Y en parte porque estoy un poco decepcionado por los no se cuantos años de deseos no cumplidos que tengo encima, pero eso es otro asunto. No debería perder la esperanza, tengo que volver a pedirlos. Una persona sin deseos está vacía, no tiene razón para vivir, casi que no es una persona. Y si hay algo que deseas y existe alguna posibilidad de hacerlo o conseguirlo, no lo dudes, por favor, hacelo, si no daña a nadie que te importe hacelo, no está bueno arrepentirse después, no sirve de nada.

Y si de esperanza hablamos...

Bueno, no es una de las palabras de mi lista y estoy casi seguro que ya hablé alguna vez acerca de la esperanza. Digamos que si los deseos son los que le dan sentido a la vida, entonces es la esperanza la que se encarga de hacerla tolerable. Es cierto que es lo último que se pierde... una vez perdida, el mundo se desmorona. Hay que evitar caer en eso, no vale la pena perder las esperanzas, aunque también es cierto que hay que saber reconocer las falsas esperanzas y evitarlas, conducen a paredes muy duras.

Miedos

No quiero que suene a chite fácil, pero la verdad me asusta un poco escribir sobre esto. No voy a hablar sobre mis miedos, que lo crean o no no son tantos, sino que voy a hablar de los miedos en general... bueno, más o menos, siempre algún palazo puede volar por ahí. Algunos dicen que los miedos son los que se encargan de mantenernos vivos y enteros, nos evitan hacer cosas estúpidas y potencialmente dañinas para nuestra integridad y blah, blah, blah. Se entiende esa idea de los miedos, se entiende esa función, no es la parte que me interesa. A veces los miedos vienen en paquetes que uno no se imagina, o al menos no debería imaginarse. El miedo a la verdad es uno de esos casos. Se supone que la verdad sea algo bueno, algo que uno quiere... no debería ser algo a lo que temerle. Lo cierto que es a veces puede lastimar, y creo que nadie quiere ser lastimado y no se ustedes, pero a mi no me gusta lastimar a la gente, al menos a la gente que quiero, que no es tanta, pero la que es, lo es. No es mi hobbie. Así que el miedo a la verdad es una lástima necesaria. A mí me da miedo lastimar a quien me importa y eso a veces me dificulta muchas cosas.

Y si venimos con la verdad, hablemos de mentiras

Si me preguntan qué cosa odio realmente, eso es la mentira. Y no la odio por el hecho que me mientan, sino porque cuando alguien (que me importa, naturalmente) me miente, le da la razón al tipo desconfiado y reacio a las relaciones que solía ser y obviamente aún está dentro de mí. Ese tipo evita los lazos para evitar el lastimar y ser lastimado... más el lastimar, pero va en los dos sentidos. Darle la razón a ese tipo es una de las peores cosas que me pueden hacer, me afecta de verdad. Obviamente que por mucho que me moleste perdono, si es que tengo derecho a perdonar, pero el daño toma tiempo repararlo. Odio las mentiras, y en todo lo que me es posible evito mentir, lo cual también puede llevar a situaciones poco deseadas.

Y la recompensa...

Hasta los perros pretenden recibir una recompensa cuando hacen algo. Saben qué es bueno, y esperan alegres recibir lo que quieren. Saben qué es malo y esperan asustados recibir su castigo, que al fin y al cabo, tambien es una recompensa, fea, pero recompensa al fin. Por lo tanto, me parece perfectamente natural que las personas también esperemos nuestras recompensas por lo que hacemos, sea lo que sea, bueno o malo. Lo cierto es que no asiempre llegan, pero uno entiende también que no siempre es fácil elegir una adecuada.

Contradicciones

Bueno, respecto a este tema puede girar toda la vida. Siempre me consideré una persona terriblemente contradictoria, lo cual tampoco me parece lo más sano. Pero los años pasan y uno empieza a acomodar más sus ideas y esas cosas, hasta que cae en un hueco y bueno, hay que salir. Pero la verdad es que no soy el único al que lo afecta este "mal". Veo aspectos contradictorios en otras personas, y... pará, acabo de caer en que ahora entiendo un poco mejor lo que sentían, y tal vez siguen sintiendo estas personas cuando están conmigo. Los aspectos contradictorios de uno afectan a los otros. No tengo nada para quejarme, no tengo ningún derecho, ¡qué idiota! Es cierto, a veces hay que ponerse en el lugar del otro. Perdón.

De la nostalgia y los recuerdos

Si hay algo realmente peligroso sobre lo que hablar es el pasado y, por su propia naturaleza, de la nostalgia y los recuerdos. Lo que pasó, pasó. Es cierto, es simple, pasó. Pasó y nos formó como somos, nos hizo crecer de la manera en que crecimos, nos dio muchas de nuestras cualidades, buenas y malas. Simplemente pasó, no hay nada que se pueda hacer para cambiar eso, es la posición del tiempo más cruel y la única real, si uno lo piensa. Y la única que no podemos modificar, supongo que así es la vida. Habrá que tolerar la nostalgia por los buenos momentos que vivimos, habrá que mantener los recuerdos de esos buenos momentos y habrá que aguantar los de los malos... u olvidarlos, cada quien sabrá qué le funciona mejor.

La importancia de los ángulos

Lejos de las propiedades trigonométricas, que dicho sea de paso deberían preocuparme un poco más por estas fechas, creo que merecen su lugar en este rejunte los ángulos de visión, las perspectivas personales que uno adopta y mediante las cuales ve y analiza lo que pasa a su alrededor. No es poca cosa, el entorno en el momento, el estado anímico, el mismísimo pasado, todo condiciona el ángulo desde el cual vemos las cosas. A veces en un mismo día una misma situación puede parecernos dos cosas totalmente distintas. Otras cosas puede que las veamos de la misma manera durante toda nuestra vida. No hay que menospreciar el ángulo, la verdad es que importa, y mucho.

Obligaciones

Me pareció adecuado mencionarlas, aunque no quisiera darles demasiada importancia. Lo cierto es que las obligaciones existen, a pesar nuestro muchas veces, pero existen. No hay que ser ingenuo, podrán ser molestas, pero hay que cumplirlas, a veces no queda otra. Pero lo que es seguro es que no vale la pena amrgarnos por causa de ella ni mucho menos dejar de lado lo que realmente queremos por cumplirlas, no hay que perder de vista que no tenemos tantas vidas.

Por supuesto, las alegrías

Las alegrías son lo mejor. A veces algo tan simple como ver una sonrisa en la cara de alguien, o algún movimiento estético, puede cambiarte la cara, puede cambiarte el día, puede cambiarte tantas cosas. Las alegrías son lo más. Una sonrisa sincera en la cara de algunas personas que me importan a mi puede alegrarme el día. Creo que no hay sonrisa más sincera que la de una persona dormida (guiño). Algunas cosas quedan grabadas en la mente de uno, es bueno, para sacarlas el resto del día y alegrarse un poco más. Eso es una sonrisa. Lo cierto es que hay que ponerle alegría a la vida en la medida de lo posible y lo imposible, nos da fuerzas para vivirla.

La fascinación

No estoy muy seguro el contexto de esta palabra, pero es algo lindo. La fascinación por algo, por alguien, qué se yo... naturalmente es un arma de doble filo, a veces puede lastimarnos bastante, pero hay que aceptarlo, es parte de la vida. Perdón, pero no tengo mucho que decir sobre la fascinación.

Costumbres

Las costumbres pueden tener efectos muy diversos sobre uno. Por un lado está la costumbre que llamamos rutina, que generalmente aburre y suele gustar más a aquellas personas que necesitan controlar a la perfección cada aspecto de su vida, a aquellas personas que necesitan seguridad en todo, en resumen, a las personas inseguras, a quienes le temen al cambio y se esfuerzan por convencerse a sí mismos que así están bien, que no necesitan cambiar nada. A aquellas personas a las cuales no les interesa superarse a sí mismas. Si hay algún amante de la rutina entre mis incontables lectores le pido disculpas, no por lo que digo sino que por no pedirles disculpas por lo que digo. Un poco ácido, pero lo veo así.
Por otro lado hay otro tipo de costumbres, que son más como las pequeñas cosas que uno suele hacer porque le gusta hacerlas, o porque sí, pero que no conforman en sí una rutina. Yo diría que esas tienen más por fin mantenerlo a uno con los pies sobre la tierra, y en cierta forma reflejan e incluso forman parte de la personalidad de cada uno. Supongo que son costumbres "necesarias".
Por último, está lo que yo llamaría acostumbramiento, más que costumbre en sí. Me refiero a la perspectiva (o actitud) que toma uno frente a algo (cosa, persona, situación) que está teniendo en exceso. Eso lleva más al cansancio, pero suele ser pasajero.

No podían faltar las fantasías

De vida, profesionales, personales, sexuales. Las fantasías son ese rincón privado que tiene uno dentro de sí, esa parte nuestra que sólo se comparte con alguien de extrema confianza. ¡El jugo de la vida! No se si tanto, pero le dan otro color a las cosas y cuando se cumplen (a costo de dejar de ser fantasías) son capaces de cambiar a una persona, son capaces de romper rutinas, son capaces de despertar deseos, son capaces de cumplir deseos, son capaces de cosas innumerables... ¿cómo vivir sin fantasías?

Por este camino llegamos a la confianza

La señora confianza. Algo sagrado, muy parecido a la vida. Se concibe, nace, crece, a veces se reproduce, y cuando muere, muere. Pero a suerte nuestra (o ingenuidad mía) se diferencia de la vida en que no está condenada a desaparecer. Estoy convencido que la confianza no siempre muere, y realmente espero que así sea. Como ya tiré la onda hace un rato, para mí es algo muy importante. Y sí se parece a la vida en lo frágil que es. Por lo tanto es algo para cuidar en serio. Es gracioso, creo que yo cuido más a la confianza que a mi propia vida. Bueno, está bien, también es un poco triste. Bueno, pero creo que quedó clara la idea que tengo sobre la confianza: es algo que respeto mucho, es algo muy preciado para mí, y definitivamente es algo que no quiero perder, por nada. No hay muchas personas con las cuales pueda decir que tengo confianza de verdad, quiero decir, no confío realmente en mucha gente y no se cuántos confían realmente en mí, pero bueno, creo que se entiende la idea, ¿no?

Las compañías

Las compañías son como los vicios. Primero uno les huye, pero eventualmente te atrapan y después no las querés dejar. Eso puede ser peligroso, se requiere una coordinación muy grande para mantener el equilibrio. Estoy trabajando en eso, pero para el que estuvo mucho tiempo acostumbrado a la soledad, a veces puede ser difícil. A nadie le gusta la soledad realmente, pero es una situación que se explica con el rejunte de cosas que dije anteriormente. Las buenas compañías lo llevan a uno de la mano hacia la alegría. De la mano... todo lo que necesito es eso, una mano, a veces pido tu mano.

Sobre la paz

Creo que no hace falta hablar de los vicios, ricos vicios, así que paso directo a la paz. Y la verdad, llevo un par de horas escribiendo esto, así que estoy cansado y ya empiezo a tratar de acortar todo esto, pero es el momento para hacerlo. Bueno, a lo que voy es que mucho dice ya este blog de la paz, los remito a posteos anteriores. Pero sí estoy seguro que todos necesitamos nuestros ratos de paz y pido disculpas si interrumpí alguno en algún momento.

Acerca de las apariencias

Las apariencias muchas veces engañan. Uno cree conocer a la gente, uno cree saber mucho, uno cree "tenerla así", valga la guasada. Bueno, por más que la "tenga así", a mí también me pueden engañar las apariencias. No hay que fiarse de ellas, pero es bueno tenerlas en cuenta. Las apariencias engañan, pero no mienten, solamente hay que saber verlas, ver los detalles y no fiarse del resto. Hay que saber aprovecharlas. Y sobre la apariencia física, bueno, ¿qué puedo decir? Yo no valgo dos mangos, así que como que no es un tema del que pueda hablar con mucho derecho.

Sentimientos les presento a Edu, Edu, éstos son los sentimientos

Detrás del muro de hielo que rodea esa pasa que tengo en el pecho (no hablo de los pulmones), se encuentran ellos, figurativamente. Me es dificilísimo hablar sobre sentimientos, no es que no me guste hacerlo, o no quiera hacerlo, pero no crea que sea algo que pueda discutir en este espacio. No soy bueno para eso, ya lo saben. Pero quiero decir que más allá de todo, los tengo, no se si en cantidad como para ponerme a repartirlos por ahí, pero los hay.

Comenzamos a nacer

Las mentiras, las compañías, buenas, malas, los sentimientos, el amor y todo lo demás, todo forma parte de nuestras vidas, no podemos dejar de lado esas cosas, están ahí, son parte nuestra, son parte de todos. Escuchar Sui Generis puede ser un poco deprimente, pero la verdad es que se escuchan algunas cosas que a uno le abren un poco la cabeza. Comenzamos a nacer y nos encontramos con el mundo que nos rodea, nos encontramos con el mundo real, con el irreal, con el que nos armamos, con el que odiamos, con el que amamos, nos encontramos con todo, con todos, experimentamos, sentimos, amamos, lastimamos, nos lastiman, olvidamos, perdonamos, vivimos, en una palabra vivimos. ¿De eso se trata no? La vida se vive, se sufre y se pierde. Pero mierda que sí puede disfrutarse, es una sola gente, aprovechenla que es todo lo que tenemos.

Y mencioné al amor, del que no me atrevo a hablar. No acá al menos. En realidad, no se si es algo sobre lo cual yo pueda hablar, ¿estoy "capacitado"? ¿Alguien lo está? Seguramente muchos lo están, no se si yo.

¿Por qué? ¿Por qué así? Porque sí.

Este soy yo, ya me conocen, soy el de siempre, aclarando algunos puntos, ordenando algunas ideas, haciendo no estoy muy seguro qué, pero al menos pudo calmarme. Esto fue raro y agotador, llevo escribiendo más de dos horas. Espero que haya valido la pena. Va con amor, y perdón por lo demás, por lo que valga. Sigan felices!

PD: Perdón por las faltas de ortografía que pueda haber, no tengo ganas de releerlo para corregirlas en este momento.

4 comentarios de mis fieles adeptos:

Anónimo dijo...

catarsis..
sí que vale la pena escribir.. y no lo digo por esto que escribiste, lo digo en general, descarga...
En fin, al principio y en el medio, lo que importa es que te haya servido a vos, valió la pena? yo te pregunto..
A veces yo escribo para descargarme, para que de algún modo salga de mi lo que no digo, porque no hay a quién decírselo en ese momento o porque no me atrevo (cosa que me sucede a menudo ahora..) y detesto.
A veces escribo para conocerme, es una buena manera..
"Nunca escribo para los demás", (en ese sentido), siempre que escriba una historia, un cuento, lo que sea que no refleje estricta o directamente lo que pienso, en definitiva es porque quiero y siempre va a llevar una firma personal, siempre soy yo detrás..

celebro que dudes.. que te cuestiones cosas y a tu persona..
en definitiva que pienses.. me alegro por vos, no importa el camino, no importa si coincidimos mucho, poco..
Es el camino a la libertad mon ami
Yo por mi lado espero encontrar el equilibrio.. y tener a los pensamientos y no que éstos me tengan a mi, cuesta, demasiadas cosas que van y vienen.. y aunque en algunos momentos sea doloroso o crea que me sobrepasa, siempre al final hay una sonrisa.

La verdad es algo relativo...

Y dejá de escribir tanto la palabra "perdón".. este es tu blog, no?

Posho

Anónimo dijo...

valió la pena, me imagino

che, en análisis sintáctico, cuando decís "Perdón, pero no tengo mucho que decir sobre la fascinación."

¿Eso no es una mentira?

Palazo, como decís. Esos guardalos para los demases, para vos tirate flores, o aceptá las que te tiran. Huelen rico algunas, se ven bien otras, y hay un par que pegan.

Me alegro de que escuches música y te guste. Nos vemos el fin de semana, si te parece. beso

Anónimo dijo...

Y tiene razón paula, perdón es una palabra horrible. Yo la voy a tratar de borrar de mi vocabulario.

Cambiala por curtite, manejalo, vaffanculo.

Edu dijo...

Si, ya se, demasiado repetitivo, me di cuenta mientras lo escribía, pero a veces me gusta decirlo, por más que no sirva de nada.