domingo, 28 de noviembre de 2010

Palabras lindas

Escuchando otra vez a esos medio-viejos argentinos que me caen bien por uno u otro motivo, y Charly me dice:
Miro alrededor,
heridas que vienen, sospechas que van
y aquí estoy
pensando en el alma que piensa
y por pensar no es alma...

Hay algunas palabras que son como las vedettes de todo lo escrito: alma, destino, amor, vida, muerte y todos sus allegados; sin ir más lejos, cuando no estoy hablando del tiempo yo me la paso hablando del destino, me fascina. Pero volviendo a Charly, "pensando en el alma que piensa y por pensar no es alma". Es como una descripción del alma totalmente inconsciente, la trata como un animal impulsivo encerrado dentro de cada uno, incapaz de seguir algún tipo de lógica. ¿Es esto el alma? La pregunta creo que está buena, porque para empezar habría que decidirse por creer o no creer en el alma. Pero cuando uno se plantea si cree o no en el alma, necesita entender qué es el alma, y he aquí el loop.

Yo no creo en el alma, aunque muchas veces me refiero a ella (es como eso de que las brujas no existen pero que las hay, las hay). Creo en la conciencia, creo en alguna suerte de espiritualidad dentro de cada uno de nosotros, algo intrínseco de nuestros cerebros, de nuestras personalidades, de nuestras formas de ser, ver y existir e interactuar con el entorno. Creo que la complejidad que encierran nuestras cabezas va más allá de lo que podemos comprender. Algo de ese estilo es un planteo filosófico por así decirle que ya tiene varios años, el problema de la autorreferencia, pero todavía no tuve tiempo para leer y pensar lo suficiente de esto, y no me quiero ir tanto de tema que pierdo el hilo y esas cosas de siempre.

Aquellos que creen en el alma, ¿la definirían como una bestia impulsiva? Podríamos señalarla con el dedo como la culpable cada vez que salen a la luz esas emociones turbias que cada uno oculta y finge frente al mundo que no están ahí (la careteada esa del día a día), aunque no se si a alguien le importaría demasiado que sea culpa del alma del pobre infeliz. Seguramente habrá quien la defina de una manera más linda y digna de un buen católico.

En fin... palabras lindas si las hay, palabras que por ahora no se gastan y siguen vendiendo como si realmente significaran algo; lo mejor que tienen es que al menos yo me sigo preguntando si realmente significan algo o no son más que inventos que a lo largo del tiempo se fueron construyendo a su alrededor toda una mitología riquísima que los adorna. Capaz que sea cosa del destino, vaya uno a saber. Sigan felices!

3 comentarios de mis fieles adeptos:

Dr. Lemon dijo...

Si esa es tu alma, dejala salir a la superficie. Sacate la careta!

Edu dijo...

No se, me re cabe caretear...

Dr. Lemon dijo...

Lo sé. A mi también.

Pero no está bueno.

Beso!