Knockin' on Heaven's Door

Querido diario: hoy tengo ganas de matar gente.

No señores, esto no es una canción de Bob Dylan. Esto es simplemente el cable a tierra de los lunes, que, aunque para ustedes haya sido un hermoso feriado, obviamente para mi no lo fue. Ni hermoso, ni feriado. Tampoco es que haya sido un día de mierda, de esos que es mejor olvidar, en realidad no estuvo tan malo. Creo que es simplemente el Pavlov que causan los lunes a mi mente. La cuestión es que necesito canalizar la violencia que tengo encerrada sobre alguien, pero a la vista de los problemas legales, las negativas sociales y la paliza que me comería he decidido ponerme a escribir.

Para despejar la mente un poco puede resultar útil contar al mundo los últimos acontecimientos en mi vida, y esa empresa acometo. En estos días, o específicamente ayer he dejado definitivamente otro de mis malos hábitos: el Ikariam. Fue un duro camino, y aún lo es, pero tengo la certeza que estoy siguiendo el camino correcto en mi vida al tomar tan drástica decisión. Sin embargo, el abandono de un vicio va necesariamente acompañado de una dura desintoxicación, que a su vez es suavizada con algún narcótico disuasivo. A tal efecto, acabé por ver prácticamente toda la serie y películas de Evangelion, exceptuando el último OVA que estoy bajando en este momento. Soy conciente que se trata de un animé considerado por muchos el elíxir de los emos, pero aún así sigue siendo una herramiente sumamente útil de "detox" y una obra excelente, aunque un tanto psicodélica hacia el final.

Por otro lado, finalmente me decidí a empezar a hacer el informe que tengo que presentar mañana (imagínense lo aburrido que estoy), aún sabiendo que no voy a poder terminarlo ya que me faltan la mitad de los datos que debían enviarme por e-mail mis pseudo-compañeros de laboratorio. Al menos pude ver que no es tan largo como aparenta en un principio, lo cual no quiere decir que sea corto, pero por lo menos no va a tener veinte páginas. En realidad, lo lógico hubiera sido empezar a hacerlo antes, pero el sábado decidí ir al centro, calle Florida, a comprar algún libro en Cúspide, lo cual terminó en un par de cds en Musimundo. Y ayer era el día del padre, por lo cual fui a comer a su casa, le lleve un vino, y volví... hubiera tenido tiempo, pero ya me conocen, cuando algo no tiene que pasar, no pasa. En fin, lo importante es que finalmente decidí comenzar, más por aburrimiento que por otra cosa, pero decidí comenzar.

Bueno, luego de esta charla terapéutica con la pared cibernética, creo que ya puedo volver a no hacer nada sin riesgos de acabar en una cárcel o un hospital. Así que sigan felices y sigan votando, que seguramente queda poco tiempo.